9 jun 2011

El Valor de Un Centavo.


He coleccionado monedas toda mi vida, tengo miles de todo el mundo y de diferentes épocas; y lo cierto, es que a quienes nos interesa la numismática: valoramos el más mínimo centavo (y no es que seamos tacaños; bueno, quizás, un poco “duros”). Pero, parece mentira que nuestras sociedades cada día más dejamos a un lado las monedas de “poco valor” por ser pesadas, sucias y “obsoletas”, cuando la verdad es que son una parte fundamental de nuestra historia y de nuestra identidad como sociedad.

Hace instantes leía una noticia respecto a que en Estados Unidos la policía había detenido a un hombre porque había ido a pagar una cuenta de unos cientos de dólares en un hospital con centavos de dólar... y parece que la persona que recibió el pago: a) no sabía “contar”; b) tenía problemas psico-pasionales de tendencia humanista; c) estaba aburrido o aburrida; o, d) tenía otros problemas. En fin, el asunto es que la persona llamó a la policía y se llevaron detenido al hombre que fue a pagar por “alteración del orden público”. Parece absurdo, pero en realidad pasó, y es algo a lo que no le encuentro lógica, pues los centavos, aunque en desuso en muchas de nuestras sociedades son monedas de curso legal, y hasta donde tenía entendido, en EEUU, los centavos: aún valían!!!.

He usado monedas como destornillador, como cuchilla, las he cortado para ver su interior, las he usado con tirapiedras y para tiro al blanco; y de niño, recuerdo que las “machacaba” (aplastaba), para luego pulirlas y ver el brillo del metal (hace muuuuucho de eso, pero era magnífico); y, las convertía en “fu-fu” (juego oscilatorio, -de procedencia China, creo- en el que se le hacen 2 orificios a una moneda -o tapita de refresco- “machacada” y se le pasan 2 hilos anudados. El resultado es un juego (herramienta de corte bien afilada) que sirve para empezar “batallas” con otros contrincantes -la idea es cortar el hilo del oponente-. Pero, en fin, yo tengo monedas de pocos centavos que tienen dos siglos, y otras tan recientes como las actuales, y para mí, cada moneda tiene su propio valor sentimental, pecuniario, artístico e histórico independientemente de su valor metálico. Sin embargo, se que hay industrias que se han dedicado a través de los años a comprar centavos viejos (y monedas, en general) para fundirlos por su metal y hacer joyas o lingotes y “reciclarlos”, enterrando en cada crisol un pedazo de nuestra historia.

Y en días como hoy me pregunto ¿cómo las personas no se dan cuenta del valor de un solo centavo?

2 comentarios:

Ayi :) dijo...

hey! yo tambien colecciono monedas :D
tengo de aqui del 1800 y algo.-..
:)

Fran dijo...

Mi querida Ayi: esto de coleccionar monedas es un vicio malo... jajajajjjaja.

P.d. Hola. :D