28 feb 2015

Cosas de la edad.


Hoy, mientras saludaba a mi hermana menor que había llegado a casa, noté que la puerta del frente estaba “entrejunta” y le pregunté a mi mamá, respondiéndome mi hermana que mis sobrinos estaban en el frente jugando con un frisbee. Y claro, su tío tenía que supervisar…

Digamos que ellos están “perfeccionando” su técnica. La chiquita, de 12 años, hizo 3 buenos lanzamientos… como de 200 intentos (parece un alien: flaca y alta). Y mi sobrino mayor, de 17 años: ese, tiene esperanzas (Le gusta una vecinita del edificio del frente... quizás, por eso hacía tanto escándalo). Dado que mi sobrinita lo lanzaba para todos los lados, pude apreciar el maltrato “ecológico” al que fueron sometidos algunos árboles y plantas de mi casa (de qué me vale cuidarlos si me los destruyen… es broma, solo fueron algunas hojas). En fin, su tío (yo) de habilidad legendaria (en la vida real, no en el ciberespacio) les mostré cómo se debía lanzar un frisbee para que cayera en las manos (sin moverse) del contrario… (todo un arte) digo, ese es el reto; (tirarlo como loco y correr tras el: lo hace cualquiera... bueno, eso hacía mi sobrino cuando lo lanzaba). A ellos les sorprendió la curvatura que hacía hasta alcanzar el objetivo; Principalmente a la chiquita, quien parecía lanzar un disco romano (girando la espalda).

En resumen, "jugamos" (me tuve que quedar... casi me explotan el vidrio del carro) como dos horas y media, incluso, hasta entrada la noche; y, entonces, en uno de esos tiros “imprecisos” de mi sobrino, me tocó hacer contorsionismo entre espinas y, claro, me comenzó a doler el trapezoide derecho (se me encogió, por retorcerme como gusarapo). Y mi santa madre comenzó a relajarme de que ese era un deporte de niños, no de viejos (así los relajo a ellos). Pero, se me quitó a las pocas horas. Sin embargo, le dije a ella que la experiencia: no se improvisa. Recuerdo que mis primeras canas fueron a eso de los trece años, hoy tengo cientos (a las mujeres le gusta... salvo que algunas "mayores" me tiran también el ojo). Sin embargo, hace unos días noté que tengo unas diez cien canas en la barba y dos en el bigote... algo nuevo; eso, debe ser la manifestación de la sabiduría (jajaja)... nota: un hombre serio JAMAS se tiñe el pelo.

Este día, me recordó cuando la amistad era pasar un buen rato de sano entretenimiento (sin electrónica), el amor estaba bien cerca (la hermosa vecina) y no había nada de qué preocuparse más de que el tiempo fuera "lento" (y nos cuidaban)... solo que, esta vez, quien cuidaba: era yo. Así termino los 12 posts de febrero... me quedaron algunos temas pendientes, ya los escribiré.

P.d. La imagen del perrito, es una representación del perro del edificio del lado. Estaba como loco por jugar; o, era, por mordernos (espero que nunca salte de la tercera planta... quedaría: irreparable). 

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, como me encanta leer tus historias o mejor dichos tus experiencias de vida, nunca me había motivado hasta ahora, y es una buena oportunidad para agradecerte por tomar un poco de tu tiempo y que compartas con tus lectores tu diario vivir (Que son muy divertidos por cierto). Tienes toda la razón, el tiempo pasa volando y las cosas llegan sin darnos cuenta, no es hasta que nos detenemos y vemos como con el pasar del tiempo entran nuevos cambios a nuestras vida (física, sentimental, psicológica), sin embargo, con detalles que nos van formando en lo que realmente somos, pero que pasamos por alto, cosas que dejamos de hacer que eran muy importante en su tiempo, y que ahora pasaron a estar en un plano olvidado por nosotros y siendo sustituidos por cosas que ahora no roban todo el tiempo.

Te escribo todo esto, porque fue lo que me paso por la mente a medida que iba leyendo, (curioso); espero sigas escribiendo mas, me gusta leer como trabaja el mundo de cada persona en su cabeza, es interesante; por cierto, también soy abogada, pero como describes tus canas seguro debes de tener una vida muy experimentada con muchas experiencia. Pasa lindo weekend, bendiciones.