5 mar 2016

Crecimiento exponencial.


Tener peces como pasatiempo, resulta en algo divertido. Aunque a veces, debemos medirnos. Ya hace tiempo me había quejado de mis gupicitos (Guppy: poecilia reticulata). Si, esa pequeña plaga post apocalíptica (deben sobrevivir a todo) que tanto nos gusta en nuestros acuarios y estanques.

La cuestión es que diez pequeños peces, pasaron a ser unos 600 en poco menos de un año. Nada de otro mundo. Sin embargo, al cabo de un recuento a los 90 días, me arrojó lo que calculé en MILES de bichitos (varias libras). De ahí que, tal situación me diera una nueva visión sobre el crecimiento exponencial de la humanidad y de por dónde vamos en este pequeño hábitat al cual llamamos Tierra.

Está claro que no maté un solo pez, a pesar de la abundancia. Tuve que moverme entre varios acuarios para repartir tremenda cantidad y terminé con una docena de Kois. Sí esos pecesitos japoneses que crecen casi del tamaño de un japonés (jajaja). Es broma, solo crecen unos 80 cm o menos (unas 30 pulgadas); pero, todo depende del lugar de crianza y la alimentación. Eran los únicos peces que no había tenido... aún me faltan los Discos, pero eso es: luego.

Debo decir que son más rápidos que los goldfishs de cola simple (Cometas y Shubus); pero, son “cariñosos” cuando tiene hambre. En fin, me quité el problema de los guppis; pero dejé unos cuantos Orange Sunshine… debo buscarles un nuevo hogar, antes de que exponencialmente agoten el espacio. Y nada, me encantaron la mutaciones de color y el cruce de variedades. 

P.d. La naturaleza siempre busca la forma de sorprendernos.