23 oct 2007

Ser Dominicano...


YO soy dominicano “hasta la tambora”. Defiendo mi cultura y mi pueblo sin reservas. Soy abogado, estudiante, aguilucho (Pelota) y disfruto del sabor de mi gente y mi tierra frente a "". Mi querida hermana menor, me envió este email sobre el lenguaje coloquial que usamos nosotros los dominicanos; así que aquí lo comparto, porque estas palabras forman parte informal de nuestra vida diaria; y no solo las palabras, sino los recuerdos…

Así empieza:

Ser Dominicano es una "marca de fábrica" con características propias y peculiaridades individuales, salpicada de sazones, expresiones, ritmos, alegrías, actitudes, algarabías y música propia.

La mezcla de razas, con el africano forzado como patrón básico, el europeo aventurero, los tainos sometidos y cuanto buscador de fortunas llegó porque quiso y se quedó porque la voluntad no le alcanzó para salir: formaron un crisol de nacionalidades, creencias y culturas que terminaron dando forma propia al dominicano de hoy.

Si entiendes lo que es "samuro" y "cuquicá", te ofendes si te dicen "amemao" o "apleplao", recibiste un "boche" mientras te tildaban de "afrentoso" "trascendío" o "relambío", comprendes los mil significados de la palabra "vaina"; sabes que la "chemba" es labio tamaño "king sai", puedes definir lo que es un gato "barsino", un burro "echor" o un gallo "manilo": revísate y busca el sello de dominicano.

Si conoces que a la batata le cae "piogán" y sabes cuando está "jojota", si cuando jugaste a policías y bandidos decías "kitimani" para arrestar al enemigo y para detener el juego "tani bol" y eres un tipo "que se la "buca", que entiendes cuando expresan "la cosa tá apretá" o "la cosa tá floja" y sabes que aunque antagónicos, son sinónimos; que cuando pagas de contado es "al cacaraso", y que al hablar "pluma de burro" también se le dice "caballá".

Comprendes que "puerco no se raca en jabilla", que una "tabaná", un "guantazo", una "trompá" y un "fundazo" son similares en efecto, pero de usos distintos; si con maestría usas la palabra "carajo" para expresar mil figuras e intenciones: ante tantas evidencias es obvio que lo de dominicano te brota.

Si cuando sospechas que es un "gancho", te pones "chivo" y consideras que eso tiene "cocorícamo"; si dices "un can" a una fiesta y entiendes que ahora se llama "bonche" y lo puedes diferenciar de una "chercha"; si "aployao" significa aplastado y has sido partícipe de una "pela e lengua" y no te extrañas cuando se refieren a un “lengua e mime" y para decir lo mataron expresas "se lo tiraron" o "se lo lambieron".

Si disfrutaste y sufriste cuando hacías y te hacían "tin gola" en la nuez de Adán; si un “cocotazo" sazonó las diversas reprimendas que te acompañaron en la infancia; si sabes que "patatú", "sirimba" y "yeyo" es lo mismo; identificas una "ñáñara" y sabes que "fuñir" es molestar, que "barajar" es perder el tiempo y no trabajar.

Si te son familiares las palabras: abimbao; rámpano; pariguayo; anafe; dar carpeta; tereques; corotos; chele; rebú; bultero; y, voladora, no se agache mi hermano que:

"Uté… é dominicano".

Y yo le agrego, que si por cosas del destino (siendo dominicano o dominicana), no conoce todo lo anterior: Mi hermano o hermana, déle gracias a Dios porque usted no sabe lo que es "tar en olla".
jajaja...

8 oct 2007

Cuestiones de amor: Voluntad.


Nosotros los solteros, terminamos muchas veces teorizando sobre aspectos del amor que a nadie más en el mundo le importan. Hoy escribiré sobre "amor de pareja", todas aquellas cosas que te unen a esa fémina única y especial, quien termina por convertirse en tu mundo. Así que, las y los casados, las y los que tienen su pareja o cualquier “embullito”... dejen de leer este largo, aburrido y tedioso post, y atiendan lo suyo.

Llega un momento en la vida de un hombre, en el que ha resuelto todos los Misterios del Universo, se cansa de los amigos, se olvida (momentáneamente) de la belleza externa de las vecinas, y contrario a todo parámetro evolutivo (según las feministas), siente la necesidad de un “algo mas” en una mujer. Ya no busca a la más atractiva físicamente, ni a la más inteligente o alegre damisela que se cruce en su camino: comienza a buscar debajo de la piel, detrás del alma, una pequeña luz casi invisible que le oriente en su camino, la cual ira creciedo con el tiempo; observa despacio, calculando más que un Contable, y filosofando sobre su destino al lado de aquel Ser Supremo: la noviecita (hay un post reservado para este tema). Comienza a visualizar el futuro de una vida con esa mujer especial… y en ese momento solo queda decir: el hombre cayó (lo perdimos). Si esa mujer reúne lo que uno busca y el sentimiento es compartido, frente a nuestros ojos ella es (en esencia) lo único que importa en esta vida; bueno, ella y el control remoto de la TV.

Hablar es fácil: Yo te amo!!!... y la mujer se desploma como un mango banilejo. Esta idea de imaginarse “siempre juntos” persigue a much@s durante su vida, y una ruptura en este tipo de relación implicaría una de las peores desilusiones que se pueden sufrir, emocionalmente hablando, más cuando se han jurado amor “eterno” o se ha vivido una vida al lado de ese alguien especial o se han cosechado frutos de ese amor (hijos).

Recuerde, el amor no es un sentimiento, poco importa lo que usted guarda para sí mism@ (salvo amor propio), lo importante es el cómo y en qué medida se lo manifiesta a su pareja, hijos, amigos, etc. La vida es como una gran broma: caes, tropiezas, te hieren, buscas, abandonas, te entregas, te abandonan, te destruyen… y al final nada de eso importa. Esto, sencillamente se trata de salir adelante cada día, un poco mejor a como estábamos el día anterior. Aquí llegamos a mi punto, el objeto de este largo, enredado y tedioso post:

Si quiero ser feliz contigo, si quiero compartir mi vida y construir un futuro mejor para ambos como pareja, si quiero formar NUESTRA familia y estar SIEMPRE a tu lado apoyándote y recibiendo tu apoyo: ¿Qué diablos debe importarme tu pasado? ¿Porqué ser tan egoístas de sacrificar nuestra felicidad por causa de cosas sin importancia para nosotros como pareja? ¿No es mas importante nuestro compromiso de salir adelante JUNTOS, que lo que hemos vivido cada uno hasta hoy? ¿O es mejor sacrificar nuestra felicidad por cosas pasadas y perdidas?

Me pregunto, como hombre y como persona: ¿Debe una mujer alejarse de mí (como pareja) por vergüenza, inseguridad o temor a ser lastimada? ¿Pesa más un pasado inmutable que un futuro posible y feliz? ¿Soy culpable (como hombre) por que un patán la usó, la engaño o la lastimó???? No lo creo, jamás aceptaré ser juzgado o juzgar a alguien por su pasado, o por vivencias pasadas. Aquí y ahora es lo único que importa para el mañana: el amor no se repara, se entrega o no se entrega.

Considero que la felicidad de la pareja SIEMPRE estará por encima de las cuestiones individuales; esto no se trata de besitos, salidas o gustos en común, se trata de la voluntad de entregarnos totalmente para seguir adelante JUNTOS. Si no funciona: amén; pero nada del pasado debe interferir en las decisiones del presente, cada cosa tiene su tiempo y su lugar… y las oportunidades no vuelven. Es decisión de cada uno el decidir si quiere ser feliz de hoy en adelante, o si prefiere pasar una vida de penurias por algo que nadie podrá cambiar.

Cada mujer es en sí misma un ser invaluable, uno las elige no por sus gustos, su inteligencia, ni siquiera por su belleza. Solo buscamos una compañera, una mujer de carne y huesos, llena de virtudes y defectos que queremos descubrir; alguien que esté a nuestro lado incondicionalmente apoyándonos, ya que nosotros estamos dispuestos a hacer lo mismo por ella. No todo será como queremos o esperamos; sin embargo, una relación de pareja no se trata de una competencia física o mental, no se trata de una imposición familiar o presiones sociales, se trata de saber qué queremos en esta vida y con quien queremos compartirla.

Cuando encuentras a alguien especial, si en verdad hay un lazo de amor que los une, no son las similitudes o cosas en común, mas que todo es el APOYO mutuo, sincero, espontáneo y desinteresado lo que verdaderamente importa. Súmele a eso la ATENCION, ese deseo por cuidar y servir a su caramelito y de hacerla sentir la única mujer en el Universo, bueno, en verdad lo es. A esos dos factores se les une el tercero y más importante de todos: el RESPETO. No me refiero al aspecto físico, ni sentimental, me refiero a valorar a su pareja conociendo sus virtudes y defectos, a ser prudente ante sus debilidades, y a trabajar cuanto sea necesario esa relación para que ambos crezcan como una unidad. Cuando la encuentras, no le preguntas de dónde viene, le preguntas hacia dónde va y si quiere que recorran el camino JUNTOS. Si al pasar el tiempo, esos caminos van hacia un mismo sitio: ¿Por qué no compartir esos sueños y anhelos y cosechar los frutos de ese amor? Esto no se trata de esperanza, ni de opciones; no es cuestión de culpables o errores, esto es sencillo, la única pregunta que verdaderamente importa es: ¿Viajarías conmigo?

Al amor nada le importa, nada lo controla, y se manifiesta desde donde nadie lo espera. No juzga, no hiere, no traiciona, no lamenta, ni olvida… simplemente, busca encontrar en esa pareja un alma, un cuerpo y una voluntad para salir adelante: sin condiciones, ni restricciones. De ahí la importancia de saber escoger bien lo que se quiere... ¿o no?