30 sept 2011

21 de Diciembre del 2012: ¿Apocalíptico?... para nada.


Lo que nos trajo aquí y ahora, es una simple confusión (inducida) entre la culminación de una “Era” mesoamericana denominada como “El Quinto Sol”, y la determinación astronómica (alineación planetaria) de “ciclos” de la Tierra (sequías, inundaciones, eclipses, etc.). Como siempre he señalado, el problema no es mera ignorancia, o temor; Cada día mas y mas “vividores”, “tígueres”, “manipuladores”, o como usted quiera llamarles, escudan sus creencias (pseudociencias) tras la propia ciencia. Este tema, es un problema de desinformación. Mi labor, es sencillamente: ilustrar. No me crea nada, e investigue por su cuenta.

Ya había escrito, hace años, sobre la isla de Pascua, y algo que siempre me llamó la atención era la similitud entre los grandes moais y algunas pequeñas estatuas Chachapoyas (Son idénticos en forma y facciones; salvo, por las dimensiones, la ubicación... y la finalidad religiosa); y, partiendo del hecho de que los Chachapoyas fueron “absorbidos” por los Incas… tengo la historia de los orígenes de la migración del continente americano casi completa. En este punto, llego a mis amigos, los Olmecas (me fascinan las cabezas de piedra gigantes, las cuales tienen rostro “asiático”… hola polinesios (cultura lapita); gracias, por poblar América. Lo siento, quizás, aún usted cree el “cuento” de “caerle atrás” a la comida por el Estrecho de Bering… sorpresa).

Entonces, los Olmecas, origen de las tribus mesoamericanas, de la escritura, le epigrafía… y de la mitología maya. Anteriormente, había señalado la inclinación de las antiguas culturas prehispánicas en relación a los “espíritus” (de la naturaleza). Aquí, en esta cultura, debería mencionar el origen “americano” del inframundo, heredado posteriormente a los mayas. El inframundo, existe desde los orígenes de la civilización en todas las culturas antiguas importantes alrededor del mundo. Y no, no se refiere a un “infierno”, o algo maligno; sino, por el contrario: al origen de la vida. Dentro de la mitología Olmeca, encontramos al majestuoso dragón y la serpiente emplumada (que nos sirven para conectar a otras culturas: hola, Aztecas); pero, el “espíritu” que a mi me interesa, era el que ellos llamaban “el espíritu de la Lluvia”, el cual pasó a la cultura maya como Chaac. Me interesa, porque, según la mitología maya, antes de su “mundo” (civilización), habían existido otros “mundos”, destruidos por el diluvio (agua). Además, debo señalar, que un elemento “importante” heredado de los Olmecas fue el uso de alucinógenos… para fines religiosos (al menos, eso decían ellos), los cuales nos llevan al punto de partida de las “visiones apocalípticas”.

Hace unos meses me topé con una investigación sobre una cueva sumergida en Yucatán (no, no es un senote… hogar de Chaac), cuya infraestructura (restos) es idéntica a la descripción del inframundo Olmeca. El problema, es que fue hecha por los mayas… en base al Popol Vuh. Esto, es una prueba de que, para los politeístas mayas, el inframundo era algo real (Nota: si bien podemos dudar de la fidelidad/autenticidad del Popol Vuh como texto… el “librito” nos sirve para el ejemplo... de fe).

Ahora bien, los mayas. Quizás, lo primero es establecer que el Calendario de Cuenta Larga, ese que se toma como base para los supuestos sucesos del 21 de Diciembre del 2012… NO ES UN CALENDARIO MAYA. Sencillamente, ellos lo usaban, al igual que otros pueblos mesoamericanos, debido a la valiosa información que contenían (¿lo inventaron los Olmecas, o lo heredaron?… esa es su tarea). Algunos autores señalan que dicho registro sirve para establecer hechos de importancia “política”; pero, en realidad, a parte de ser un instrumento de registro astronómico/matemático, que orientaba sobre el “clima”, su valor intrínseco radica en el registro de los “ciclos de la tierra”, digamos, que es una visión empírica de los cambios de la Naturaleza (partiendo de la astronomía), transmitidos oralmente de generación en generación (sequías, inundaciones, eclipses, etc.), con un grado de certeza impresionante.

¿Por qué llevar registro de los fenómenos del clima? Es sencillo: ellos (Olmecas, mayas,etc.) eran agricultores. El imperio maya, al margen de su estricta jerarquización social, llegó a tener ciudades de más de medio millón de personas. Imagine la cantidad de comida que debían consumir todas esas ciudades; de ahí, la importancia del dios del maíz (Olmeca) y de que, nosotros seamos los “hombres de maíz”. Bueno, por otro lado, creo que más importante que los tres calendarios que empleaban los mayas, vienen a ser los Códices. Un imperio en donde pocos sabían escribir, necesitaban afianzar su unidad; y la religión, era un buen método para dirigir las “masas”. Súmele siglos de sabiduría heredada de otros pueblos asimilados o vencidos en batalla, orientada hacia una concepción armónica (numérica) del Cosmos, y obtendrá la célebre frase maya: “El futuro, está escrito en el pasado”. Dicha frase no tiene nada de místico, sencillamente, se trata de que nuestro planeta, al igual que todo el “Cosmos”, cumple con determinados ciclos. Y qué mejor arma (frente a la ignorancia de un pueblo) ante la inclemencia del tiempo que el conocimiento místico del “futuro”.

Para desgracia de la humanidad, estos Códices, que albergaban más de ocho siglos de tradición oral y cultura antigua, fueron quemados en su gran mayoría por la iglesia católica (española) de la época; ya que, a su entender, “atentaban directamente contra la palabra de Dios” frente a un pueblo que debía ser convertido al cristianismo… así de exactos eran aquellos “libritos” en su contenido. En la actualidad, a pesar de que algunos códices sobrevivieron (creo, que tres), y otros fueron “reescritos” o “traducidos” (Popol Vuh… que, para mí, es falso, pues es una adaptación orientada al catolicismo… si necesitan pruebas: hoy lo llaman la “biblia maya”), y dado el hecho de que un 70% de los habitantes de Yucatán habla en la actualidad derivados de la lengua maya, unido, claro está a una influencia católica: hay interpretaciones distintas de las mismas “profecías” mayas. Aún hoy, se discute si este imperio decayó por su sobrepoblación; si fue por una larga sequía provocada por la quema indiscriminada de bosques para fabricar estuco para los templos (y luego, por inundaciones en los terrenos áridos (deforestados)); si el pueblo perdió su fe en las élites religiosas (sus sacrificios humanos no daban resultado), o si fue una combinación de algunas, y de las guerras libradas por subsistir.

Bueno, y ¿Por qué todo termina el 21 de diciembre del 2012? La respuesta sencilla, es que en esa fecha termina un ciclo (actual) denominado como “El Quinto Sol”, la quinta Era mesoamericana (no es maya, lo que sucede es que se hace referencia de ella en el Popol Vuh… y como siempre, las cosas se distorsionan a conveniencia), la que durará un período de 5,125 años. Y qué mejor fecha que el solsticio de invierno (un saludo a los hermanos Aztecas). Debo señalar, que los mesoamericanos (incluyendo a los mayas) hacen referencias a fechas posteriores a ésta, la cual denominan como el Sexto Sol. Época de luz y de iluminación del entendimiento... ya le haré su post.

No hay nada apocalíptico en esa fecha. Lo que sucede, como expuse anteriormente, es que se ha mezclado con los “ciclos” de la Tierra; y ambos cosas son distintas. El Sexto Sol hace referencia a una “nueva Era terrestre” (período de tiempo), la cual tiene como punto de partida la observación astronómica de la Vía Láctea y las constelaciones (alineación planetaria). Lo de las “profecías” (que no son mayas, sino mesoamericanas), es tan solo el aspecto que comentaba anteriormente, sobre el registro empírico de los fenómenos de la naturaleza, los cuales han sido bastante certeros. Hay algo de qué preocuparnos: no. Tenían razón los mesoamericanos con la predicción de fenómenos naturales: absolutamente, si.

Al final, solo queda una pregunta: ¿Qué es la vida? ¿Un tiempo?... ¿Un lugar?... ¿Un camino?... o sencillamente, la inspiración de una existencia volátil, enfocada en que el mañana será mejor que el hoy. Y por qué no: un árbol, que entierra sus raíces en el más inhóspito suelo, hasta llegar a un lugar desconocido que le ayudará a perdurar. No hay una respuesta exacta para definir el ciclo de la vida. Sin embargo, la simple complejidad de una existencia momentánea, es lo que nos define. Como humanos, anhelamos estar por encima de todo cuanto existe. Queremos ver más allá de lo que los ojos ven, y comprender lo desconocido. Cuando no podemos asimilar lo inesperado e incomprendido, sufrimos una sensación ambivalente a la cual llamamos miedo. Y el miedo, siempre ha sido usado como un arma... y es un buen negocio. Mi consejo: trate de aprender algo nuevo cada día; y su vida, no pasará en vano, pues su existencia perdurará más allá de su tiempo.

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Escuchas: A Year Ago - Kenny G.

19 sept 2011

Amada mía.

Amada mía, que en las noches te abrigas
Con los vástagos del tiempo, y de mi corazón
Dime si el recuerdo te ha robado un beso, en mi nombre
O si es solo mi amor, que se esconde en tu habitación.

Creo que la lluvia te recuerda mis caricias
Y que mi amor va contigo, en cada oración
Quién te acompaña en tus horas de frío
Si mi ausencia te grita, en cada ocasión.

No busques comprender la incesante afonía
Mejor ruega al cielo por aquella ocasión
En que mis notas de silencio acorralen tu cuerpo
Y solo mis caricias, te llenen de ilusión.

No hay recuerdo más puro, que el que se vive día a día
Pues en cada momento, nace un amor
Y el aroma incansable de esta fábula infinita
Terminará por robarse una parte, de tu corazón.

Ahogado en el silencio me escudo en tu mirada 
Amada mía, tu que yaces en cada rincón
Quizás, fue solo el tropiezo de nuestras caricias
O tal vez, fue que nació el verdadero amor.

Al caer el Sol en esta eterna noche
Morirán tus labios bajo mi seducción
Y solo la Luna podrá ser testigo
De aquello que yace, en nuestro corazón.

Y así, como cada día vuelve la vida
Y en cada lugar, nace una flor
Mi amada, tu siempre serás mía
Así como la Luna, siempre será del Sol.

Para hoy, he optado por un poco de lírica... es solo, para recordar que aún soy un ser humano.  

12 sept 2011

Decadencia Existencialista de la Razón Inerte.



Hoy recordé que hace más una década, había llegado de la universidad a mi casa un viernes por la noche, día en el que nos reuníamos toda la familia. Recuerdo, que mis hermanas y mi mamá estaban en el patio de la casa bastante entretenidas en su conversación (chismeando), cuando mi sobrina mayor les manifestó: “Dejen de chismear… y hablemos de algo interesante”. Yo, que estaba acomodándome en un sillón, al escuchar su tono desafiante, le propuse (con cara seria y todo): ¿Qué piensas sobre la decadencia existencialista de la razón inerte?... y hubo un silencio sepulcral. Lo dije, a sabiendas de que la “muchachita” no tenía la más mínima idea de lo que le había preguntado. Y creo, que esta es la esencia misma de este post: el autocuestinamiento respecto del conocimiento, como tal.

Los seres humanos somos un pequeño milagro, en relación al caos del Universo. Si ha leído un poco de los post anteriores, comprenderá que en todo contexto siempre debe existir el factor humano, a ser tomado en cuenta (que será éste post). Aquella imperfección que convertirá una obra imperfecta en algo, quizás, “perfecto”. Pues, nosotros somos eso: seres imperfectos que buscamos una incesante perfección. Y ¿qué es la perfección? un concepto, una noción, una percepción o una impresión que hacemos propia respecto de una cosa. Todo lo que percibimos, lo hacemos mediante nuestros sentidos. En esencia, la “realidad” son una serie de impulsos eléctricos que nuestro cerebro interpreta de lo que se percibe. Y, ¿qué es la razón? Digamos, que es, sencillamente: nuestra capacidad de relacionar conceptos e ideas. No quiero pasar horas filosofando (razón, existencialismo y decadencia… lo de inerte es solo la condición), ni en psicología (con el temita de la inteligencia)… vamos a lo que vinimos:

Partiendo de lo básico, surge la pregunta absurda: ¿es inerte la razón? Es decir: ¿es estática e invariable mi capacidad para interrelacionar conceptos?, o es, ¿dinámica? Aquí se pierden muchas personas (filosofando o teorizando psicológicamente… olvide esto) respecto a que el conocimiento es “dinámico”, nuestro cerebro es “dinámico” y por ende, nuestra capacidad de razonar se presupone “dinámica”. El chiste, es que este aspecto no es la cuestión (por eso le dije que lo olvidara): nuestra evolución nos ha empujado hacia un camino sin retorno (conocimiento) en donde la solución de cualquier problema planteado trae consigo la subsecuente creación de una nueva, o nuevas interrogantes, quizás, más complejas que la primera.

Alguna vez se ha preguntado: ¿cómo sería la “evolución” sin Darwin, la Física sin Einstein, o la filosofía sin Sócrates? Vivimos en un mundo de ciencia, pero atados a conceptos rígidos (y tal vez, algunos ya desfasados) que nos han moldeado más profundamente de lo que creemos. A esto me refiero con nuestra “razón inerte” (al “automoldeado” del pensamiento), si bien somos capaces de interrelacionar conceptos e ideas, muchas veces no somos capaces de crearlos (a partir de la nada), rebatiendo los conceptos preexistentes (complejidad de la dinámica del pensamiento).

Razonamos, partiendo de los conceptos conocidos; y eso, es perfectamente lógico y natural (al menos, eso creemos). Sin embargo, qué pasa si tomamos el otro camino. Un camino en el cual todo lo aprendido hasta el día de hoy nos permita elaborar nuevos conceptos e ideas, tendientes a cuestionarnos mas allá de los elementos que han puesto a nuestra disposición. Esa, ha sido la ardua labor de la ciencia durante los últimos 60 o 70 años, y cada día mejoramos nuestro intelecto, en gran medida, por nuestra inconforme y obstinada naturaleza humana. Somos seres imperfectos en una constante búsqueda de perfección que nos empuja cada día por nuevos y desconocidos caminos… de ahí, la decadencia existencialista de la razón inerte: cada día menos personas ven el conocimiento como un algo absoluto e invariable.

En esencia, los seres humanos nos estamos abriendo camino fuera de los límites “preconcebidos” por aquellos que antes de nosotros tuvieron el atrevimiento de dar un paso mas allá de aquello que “conocían” y “daban por cierto”. La razón, es una actividad dinámica: constructiva, permanente e ilimitada, cuya funcionalidad nos permite concebir ideas y conceptos que escapan a los parámetros preestablecidos. A veces, para poder avanzar, debemos dejar todo a un lado y olvidarnos de lo que sabemos... este es el verdadero error y motivo de este post: el elemento humano.

Qué tiene que ver esto con el post que quiero escribir sobre el “negocio apocalíptico del 2012”. Somos seres magnificentemente estúpidos: creemos que lo sabemos todo, y lo cierto es: que no sabemos casi nada. Esta sed humana de conocimiento que llevamos dentro nos ha empujado por un camino peligroso: las respuestas rápidas (acordes al mundo en que vivimos). Queremos saberlo todo y ahora. Y en esa búsqueda arbitraria de justificación particular (lo que YO creo... MI verdad), confundimos la ciencia con la pseudociencia… creo que eso es lo más peligroso a lo que nos enfrentamos como especie (bueno, al margen de una mujer con hambre).

Quizás nadie tenga idea de por qué escribo estos posts. Mi sobrina mayor (el origen del tema de este post) ya es casi una abogada. Y hace unas pocas semanas, me envió un link de una importante cadena televisiva (que le enviaron por Twitter y Facebook… casi simultáneamente) (nota al margen: no todo lo que usted lee en las Redes Sociales es real… investigue al menos tres fuentes, carajo)… y ya la muchachita se me estaba poniendo nerviosa por la cuestión “apocalíptica del 2012”. Joder, mañana se puede acabar el mundo con un meteorito, una erupción solar o una condenada plaga… y ¿a quién le importa? A nadie. Viva el día de hoy que es lo que tenemos.

En fin, ya que me he desahogado un poco, puedo proseguir. Esta carencia de respuestas rápidas (un problemita que tenemos en la ciencia y que nos ha fastidiado por completo) es lo que ha llevado a una parte de la humanidad a buscar respuestas “milagrosas” donde no las hay, específicamente, en las pseudociencias (de aquí, las tonterías y/o burradas del 2012). Astronomía y astrología no son para nada parecidos. Más aún, la interpretación de símbolos, es tan subjetiva como el “buen” café. En fin, creo que ya he establecido los elementos básicos para escribir mi “Post Apocalíptico” respecto del 2012, los Mayas... y Dalia Fernández (Miss RD Universo 2011) TA BUENA. (Esto último es, por si se acaba el mundo, antes... jajaja). 

7 sept 2011

El Núcleo.



Hay un tiempo para todo en la vida, y creo que es tiempo… de postear un poco. Antes de escribir sobre Los Mayas y sobre el Sexto Sol (post apocalíptico), me veo en la imperiosa necesidad de entrar al tema del núcleo de nuestro planeta (quizás, estaría escribiendo sobre el cocodrilo “gigante” que atraparon vivo en Filipinas… pero, eso no me ayudaría a explicar mis asuntos; salvo que… jajaja. Mejor me voy por el otro camino).

Muchas investigaciones y experimentos se han realizado en la última década sobre la composición y funcionamiento del núcleo de nuestro planeta. Hay algunas actividades interesantes sobre el estudio de los neutrinos (para intentar comprender cómo se formó nuestra “bolita” azul), pero me interesa más la cuestión de los experimentos con dínamos, vinculados a la magnetosfera… ya que me fascina el electromagnetismo (es que jugaba mucho con imanes). He visto varios experimentos bastante complejos que buscan explicar cómo nuestra “roca” genera su campo electromagnético, así como aquellos que buscan explicar el tamaño quizás, “desproporcional” de nuestra magnetosfera. Sin embargo, hasta el día de hoy (que sepa yo) ninguno ha podido explicar científicamente cómo nuestro planeta genera su campo magnético (que evita que nos achicharremos) y toda su “energía” (elemento fundamental de la vida).

Sabemos que este planeta tiene varias capas (para referencias, busque en Google), hasta llegar al núcleo externo e interno… de cuya composición y funcionamiento solo hemos podido teorizar bastante, ya que lo cierto es, que no disponemos (aún) de la tecnología necesaria para llegar hasta ellos (y nos basamos en imágenes de miles de sismógrafos que tratan, desde hace años, de crear una imagen de la composición del subsuelo basado en la densidad y en la velocidad de las ondas (resonancia)… pero eso es otra cosa). Me interesa el resultado de los experimentos: “fallidos” hasta la fecha (pero hemos avanzado), ya que “todos” parten del hecho de que el núcleo de la Tierra es una esfera de hierro (o mejor dicho: aleación) fundido y sometido a una presión barométrica tal, que el mismo se encuentra solidificado; y, que es la fricción del núcleo con el metal fundido la que crea esa energía que conocemos como electromagnética (olvide la magnetosfera y la energía eléctrica por unos minutos)… de ahí los experimentos con “dínamos” en muchas universidades del mundo (con laboratorios impre$ionante$$$) para intentar explicar la “geodínamo” (toda energía que produce el planeta… recuerde que hablamos de un ser vivo, solo que a un nivel macro (no es una simple roca magnética)).

Ahora bien, dado que mi Nobel de astrofísica peligra notablemente (es broma, no necesito el premio… se lo dejo a personas mas necesitadas y sin oficio aparente: científicos con diploma (es otra broma, por si acaso)), derivado de que escribo todo esto por mero entretenimiento científico, plantearé tres escenarios distintos sobre el núcleo de la Tierra. ¿Por qué? Porque creo que los demás experimentos han fallado por pequeñeces... y, además, necesito sus implicaciones para mi post posterior (post apocalíptico). Trataré de explicarme de forma simple:

En todos los escenarios estudiados (por la gente que sabe, no por mi) hasta la fecha, partimos de la afirmación de que el Núcleo es una esfera (cuasi-perfecta… aspecto derivado, quizás, del hecho de la forma externa del planeta; lo que, a mi entender, no tiene nada que ver… pero eso es otra cosa), de metales aleados y en forma líquida (núcleo externo), y que posee un núcleo interno sólido (en esta parte sí, estamos de acuerdo… a no ser, que el núcleo fuera absolutamente líquido y que las imperfecciones de la capa sólida externa causaran la reacción en cadena que produce el electromagnetismo. Algo así como la estática producida por una ropa sintética sudada). Pero, en fin, me gustaría plantearme tres escenarios:

A) el núcleo de la Tierra, es un cuerpo sólido, asimétrico… y no es de hierro. Ahora usted debe estar dando brincos y llamándome hereje. Siéntese y respire. Nuestro planeta tiene hierro por todos los lados, es cierto. Pero, si lo pensamos (yo lo he pensado así), en las teorías más aceptadas de la formación del planeta, se parte de la idea (al margen del choque Tierra/Luna) de que los metales más pesados y extraños (subraye esta última palabra) se fueron hacia el interior del planeta. ¿Y qué pasaría, si el núcleo ya existía antes que el planeta? ¿y si fuera de un metal (de mayores propiedades magnéticas) distinto al hierro? 

Aquí debo dar una de mis explicaciones “alocadas”... y correctas: imagine un imán (es lo que tenemos a mano) (no, un electroimán… eso pasó después) ¿qué sucede si usted lo deja caer en la arena? (imagine que la arena es el Universo)… las partículas de hierro y metales ferrosos se le adhieren ¿o me equivoco? Imagine ese proceso durante miles de años; y que, en la vida real, el calor y la presión (interna) fueron “acrecentando” el volumen de su pequeño núcleo (imán) y que la rotación, la traslación y la presión (del Universo), le fueron dando su particular forma esférica… al igual que los otros millones de planetas y estrellas. Recuerda la parte del electroimán (busque en experimentos para niños) : tome la energía de una pila (rayovac, duracell o energizer... será nuestra fuente de enería externa...Sol), y un clavo con un alambrito enrrollado, y compárela al imán de nuestro hipotético núcleo ¿aumentó la fuerza magnética del clavo de hierro en más de un 100%, verdad?... La Tierra es simplemente eso: un interesante y complejo electroimán (y no un imán, como creen algunos); bueno, en principio. (Me tomó 15 minutos exponer y resolver el trabajo de muchas vidas científicas… al menos, “toy peliando” por el Nobel (es de broma)).

B) Ahora bien, sabemos que bajo la capa sólida de nuestro planeta, tenemos el “manto”… de donde viene el magma (y por cierto, claro que hay vida extremófila en esos respiraderos, están en nuestro mismo planeta; todo es cosa de adaptación). Bueno, hice referencia anteriormente a la estática (aspecto que me tiene “loco” en el gimnasio, ya que las caminadoras me van a “electrocutar” debido a ella). Sabemos que la estática puede ser producida por fricción (efecto triboeléctrico), y sin explicar el proceso, hemos de suponer que un magma rico en energía al entrar en contacto (roce) con toda la superficie sólida de la litosfera o semi sólida de la astenósfera, (al menos, yo supongo) algún flujo de energía eléctrica (independientemente de la calórica) ha de producirse (y un efecto sería la polaridad del planeta, pero esa no es la cuestión)… ¿cómo lo pruebo? La gente del campo le diría que sencillo: los rayos. No solamente tenemos energía debajo de la Tierra (invisible)… la tenemos encima, directamente co-relacionada en un ciclo armónico (e incomprendido en su totalidad… apenas sabemos lo de “arribita”... pero para algún lado va esa energía). En fin, creo que la cuestión interesante no es el paso de la energía magnética a eléctrica (que es lo que se busca crear para explicar la magnetosfera), creo que la cuestión debe comenzar desde cero: radiación solar… no conozco (de todos esos experimentos) ninguno que haya comenzado por ahí… pero es mi humilde apreciación (y además, ellos no me preguntaron);

C) Si todavía usted está brincando en su asiento, maldiciendo todos esos años de estudios avanzados y esos millones en subsidios que le han roto la cabeza (tratándo de justificarlos); y, está preguntándose: ¡Ajá, y por qué el planeta está polarizado… ya había comentado lo del electroimán y lo de la estática. Sin embargo, este escenario me permite desarrollar mi tercer punto: ¿Qué pasaría si tuviéramos un núcleo irregular y “estático” en relación al Sol? jamás he leído, visto o escuchado sobre este punto… pero es una cuestión lógica de gran implicación práctica para intentar comprender cómo funciona el “mecanismo” de nuestro planeta. A ver, tenemos la traslación, algo que nos enseñan desde niños. Una orbita elíptica que nos toma 365 días 6 horas 9 minutos 9,7632 segundos (año sidéreo). Es un movimiento constante y periódico. La pregunta interesante es: ¿por qué? Pasaríamos horas hablando del Sol, la gravedad y mil cosas mas relacionadas al Espacio. Pero, lo cierto, es que la mayoría de los expertos afirman que se debe exclusivamente (?) a la densidad de nuestro planeta, lo que unido al campo de gravedad del Sol crea esa periodicidad de la traslación. Y aquí surge mi pregunta, algo inocente, pero válida: ¿cuánto ha cambiado la morfología y distribución del planeta desde que tenemos la capacidad de medir este período de tiempo? Lo cierto, es que la superficie ha cambiado, y usted dirá AHHH! Por eso es que los científicos dicen que el núcleo es esférico (así se evitan la interrogante que me hice arriba); En este sentido, la atracción magnética es una constante, a pesar de los cambios en la corteza… que, literalmente, son insignificantes.

Pero, volviendo a mi suposición de que el núcleo de la Tierra fuera un cuerpo irregular, y estático, en relación del Sol: ¿Cuáles serían sus implicaciones? Esta es la verdadera pregunta, y para nada alocada. Interesante, sería afirmar (teóricamente) que la Tierra tiene un núcleo (estático) fraccionado en dos; y cuya interacción por presión (flujo del manto) es lo que genera la rotación de nuestra piedrita (ejemplo sencillo: romper un imán y tratar de unirlo nuevamente... aplique ese efecto “rebote” al núcleo externo y a su vez al “manto” de ahí la cuestión de la inclinación del eje… pero esa, es otra historia.

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Escuchas: Save the World- Swedish House Mafia (Ft John Martin).

1 sept 2011

Una “partícula” llamada: La Tierra.



Me gusta ver las cosas con mis propios ojos; ajeno al mundo, como me lo han tratado de mostrar los demás. Nadie tiene la verdad absoluta de las cosas; pero, siempre he expresado que somos inmensamente diminutos en relación a este Todo (Dios, Vida, Realidad, Universo… usted llámelo como quiera, pero al final: es lo mismo). No por ello somos algo “insignificante”.

Me gusta teorizar, pero, a un nivel práctico. Parece una contradicción, pero no lo es, ya que este método nos permite expresar nuestras ideas más allá de las ecuaciones o cálculos teóricos (que nadie entiende). Creo que, en un buen sentido, teorizar es: filosofar de una forma adecuada a la ciencia. Ya que, al final, todos nosotros buscamos un resultado que explique nuestras interrogantes. Juguemos un juego (para que no digan que la ciencia es “aburría”):

Tome la palma de su mano y llévela a unas pulgadas de su rostro; ahora exhale. Ya usted sabe que entre su mano y su rostro existe una combinación de gases llamada aire, conformado por oxigeno, nitrógeno, etc., y un porcentaje de partículas (incluso metálicas) que flotan a la deriva a merced de dichos “gases” (y de su exhalación). Exhalar, quizás, le tomó un segundo de su tiempo; sin embargo, le aseguro que usted creó su propio “Universo”.

Me explico: levante la mirada hacia la pared que le quede al frente; trate de imaginar los millones de partículas suspendidas en ese “pequeño espacio” de nuestro planeta (su habitación). Esas partículas son invisibles a nuestro ojo; pero, sabemos que están ahí… flotando a la deriva de nuestro “gas” (aire). Extrapolemos esa realidad a nuestro Universo. Sí, a ese enorme cuerpo negro que miramos de noche, y que nadie sabe qué diablos es, pero todos se conforman con una sola expresión teórica (bastante idiota; pero, que hoy en día se ha vuelto universal) “Big Bang”. Aclaro: yo no soy mi buen amigo Stephen Hawking (a quien respeto mucho, pero no compartimos algunas ideas). Soy un simple isleño, vagamente conocedor de las cuestiones elementales de este mundo. Pero según lo que sé, las leyes de la física son invariables (al menos, en principio) sin importar las dimensiones del objeto. En este sentido, soy de los que sostiene que nuestro vasto Universo, es similar en analogía a esa pequeña exhalación suya: Partículas flotando en una masa de “gas”. Algunas con vida; otras, simples elementos inertes. Y en este punto, uno piensa en la imposibilidad de mi afirmación. Nuestra mente, (“consciente”) de lo “grande” que es este planeta, no asimila (de primer momento) el hecho de que nuestro mundo sea una simple partícula flotando a la deriva en aquello a lo cual llamamos “El espacio infinito” o “El Universo” (Nota: para mí, este mundo es similar a una partícula suspendida en una enorme masa de gases; y, creo que lo mismo sucede con el Universo).

Bueno, para prueba de mis “ignorantes” afirmaciones, la sonda de la NASA Juno, nos manda de regalo la foto que está arriba: el puntito (chiquito) de la izquierda, es nuestro planeta Tierra; y, el puntito de la derecha (el que parece un sucio en la pantalla), esa es nuestra Luna. El chiste de todo, es que nuestra sonda envió esa foto a unos pocos 9.7 millones de kilómetros (en el Espacio, eso es “al ladito” o “allí”)… y miren como nos vemos: un puntito de luz. Una pequeña partícula, tal cual sostengo. No hay nada verde o azul, todo es un punto de “luz”. Lo cual me lleva a preguntarme: ¿podría haber más vida (mirando al cielo) “a simple vista” de la que podamos imaginar? Creo que sí.

Mientras tanto, les haré la pregunta más estúpida de sus vidas; y a la vez, quizás, la más importante: ¿qué pasaría si todo nuestro “infinito” Universo fuera una sola partícula, similar a aquellas que flotan frente a usted? Si necesita prueba de ello, a mi entender, aquello a lo que llamamos “agujeros negros”, quizás, solo sean la salida (“poros”) de nuestra partícula (El Universo) hacia otro nivel. Pero, lo verdaderamente interesante de todo sería saber, cuánta energía necesitaría un simple abogado isleño (ser humano) (dentro de aquella “partícula” llamada: El Universo) para comprender aquello que yace fuera de los límites de su entendimiento? (supernova???)... Mejor vuelvo a mi pulga de agua… sin esperar ningún Nobel en Astrofísica.

Nota, para fines prácticos: la respuesta siempre está ante tus ojos. Y por cierto, en el Gym: ya estoy levantando 8 platos de 45LB en pecho (360LB)… una meta cumplida de este año (y un esfuerzo superhumano para un abogado)… espero hacer 6 repeticiones a final de año :D