21 ago 2012

La Fábrica de Tiempo.




Si bien es cierto que nuestra vida no está vinculada a un tiempo; es nuestro tiempo, el que conforma nuestra vida. ¿Cómo cuantificar la existencia en relación al tiempo?... sencillamente, no es posible. Puedes existir un solo momento y tener una vida plena; o pasar toda una vida en vano, sobreviviendo cada día. Sin embargo, lo que motiva estas palabras es una interrogante más palpable que una noción y más radical que una idea: ¿Podré fabricar más tiempo?

En perspectiva, el “tiempo”, como magnitud física, es un elemento que nos acerca hacia la comprensión misma de la existencia de las cosas. Un árbol puede durar miles de años “inmóvil”, creciendo a merced de la simple complejidad del viento y el clima; así como una pequeña tortuga, puede morir, sin haber llegado al mar… ambos, habrán vivido su tiempo. La vida es, sencillamente, tiempo: caóticamente ordenado e insensiblemente majestuoso. Dicho esto, la vida no se mide en segundos, meses o años: la vida se mide en pequeños momentos, tal y como escribí hace muchos años en la frase que titula este blog. Momentos, quizás, fraccionados al tiempo; pero, momentos incesantes que perduran en el recuerdo y escapan a su propio tiempo. Por cierto, hace unos días este blog cumplió su sexto año (auto-felicitación implícita).

A lo largo de la Historia, muchas personas nos hemos preguntado si es posible alterar el tiempo. Parecería algo absurdo, hasta que comparamos nuestra existencia con la de otras especies que nos rodean (animales o vegetales)… digo, no caería mal vivir unos cuantos siglos, o ser inmortal (Nota: debo escribir el post de los vampiros). Bueno, pero el tiempo es solo eso, tiempo. Pero ello no evita nuestro más elemental razonamiento: sobrevivir lo más que podamos. Lo cierto es, que aún cuando pudiéramos detener “nuestro” tiempo: el Universo seguiría su curso lineal, ya que, nuestra materia (realidad) es, literalmente, algo insignificante dentro de la escala existencial del Universo. Pero, la cuestión es: si no puedo ralentizar el tiempo, ¿podré manipularlo?  

Bueno, el tiempo es una magnitud relativa. Un minuto de felicidad, puede compensar meses de angustia. Una idea, puede durar una fracción de segundo e inspirar toda una vida. En esencia, el tiempo no se trata de medir o contar. Se trata, de una forma natural de comprender, de asimilar y de sentir nuestra propia existencia. Lo que nos lleva a la cuestión subjetiva elemental: ¿cuánto valoramos el tiempo? De aquí, es que obtuve la respuesta a su “fabricación”: el tiempo siempre está ahí, y será tan cambiante como nosotros queramos; ya que, si bien llevamos una vida cuantificada longitudinalmente, su verdadera importancia radica en el uso dado al tiempo que se nos da. Nosotros somos quienes fabricamos nuestra existencia. No hay necesidad de manipular el tiempo, solo necesitamos aprender a aprovecharlo.  Esta fue una de mis metas del 2012, y aunque he tenido que dejar a un lado el ciberespacio, cambiar mi horario de trabajo y organizar mejor mis herramientas (a veces, no las encontraba), he logrado equilibrar la balanza de mi vida. Y en el camino, aprendí algo valioso, de lo cual escribiré en el próximo post.

No valores el tiempo, valora tu tiempo.” J