Quien recuerde este apellido, recordará al personaje de los ochenta que se convirtió en un héroe para nosotros los muchachitos inquietos de la época (muchachitus habilidosus e inquietus: jodonus), aunque en nuestro país la serie se retransmitió y se repitió posteriormente. La verdad, casi no recuerdo sus aventuras, pero sí su enorme habilidad para resolver los problemas con simples elementos de uso cotidiano y que estaban “a la mano”. Era un experto en realizar complejos artefactos con las cosas más sencillas.
“Macgyver” y el “Auto Fantástico” era lo único que entretenía en aquella época, no había mucha variedad (no existía el telecable en nuestro país, o por lo menos en mi casa), y como no podía manejar… Macgyver era más asequible (para la práctica). El usaba chicles, clips, mangueras, botellas… y su inseparable navaja multiusos. Gracias a esta serie, dicha herramienta se convirtió en algo esencial para los boyscout (y para mí como por 5 años, hasta que me rompió un pantalón y le di un zumbón). Pero la principal arma de Macgyver era su inteligencia, bueno, junto con lo que cargaba en la mochila y la multiusos. Nunca usaba armas, ni era violento, aunque a veces volaba todo. Recuerdo que la esencia de la serie era el aspecto de la “No Violencia”, que tanto predicamos en nuestros días. Todos los inventos siempre estaban dirigidos inhabilitar o desarmar al contrario, no a eliminarlo.
A este personaje le debo mi interés por la Física, y por la inventiva (nací con predisposición genética para “inventar”, pero él fue mi catalizador), mis inventos no eran complicados: usaba pilas y pequeñas baterías como fuente de electricidad; desarmaba cosas grandísimas por un alambrito; y la pólvora que usaba era de fósforos y fuegos artificiales, a los cuales les tengo un post especial “navideño”. Sin embargo. Hoy en día vivo de mi cerebro y de mi habilidad para reaccionar frente a lo desconocido, así que cómo que esto sí influyó en mi vida…un POQUITO.
Recuerdo que lo primero que traté de hacer (como con 9 años) era un “puente” en un enchufe eléctrico (en mi cabeza era un cerrojo electrónico), al principio abrí el “clip” y lo puse en “C”, luego cuando lo metí en el enchufe… no hizo nada (claro, porque no topó los contactos)… un pequeño empujón bastó… Resultado: un fuetazo eléctrico para mí, el clip voló y 3 habitaciones de mi casa quedaron apagadas. Después que me corretearon un rato con una chancleta, a mi papá se le ocurrió resetear los breakers y funcionó.
Algunos de mis inventos aún subsisten, gracias a que mi mamá y mis hermanas me los escondieron en el “cuarto de los desechos” de mi casa, porque los consideraba “altamente peligrosos” para mí... y para todo el que estuviera cerca. Prueba de ello es:
a) mi “escopeta de gomitas”, que daba durísimo, y era bastante buena (apeaba un lagarto de una pared a 5 metros) y casi me sacó un ojo, por estar queriéndole dar un “gomitazo” a mi hermana por la espalda (se zafo de la punta y me salió el "gomitazo" por la culata; me parecía a Rocky I, después de la pelea);
b) mi “lanzacoquitos”, estaba diseñado al estilo bazooka con un tubo plástico de tres pulgadas, y goma de tubo de bicicleta (llegaba como a dos casas de distancia). La guerra de coquitos es otro post;
c) mi versión de palitos chinos, de metal y filosos. Un lado era pesado y el otro ligero y punzante, ese lo vi hace como un año. Recuerdo que me dijeron que los habían botado a la basura (pero eran demasiado peligrosos); y,
d) mi equipo de escalar, de carajito, hecho con tecnología de patio: sogas gruesas, tensores, argollas, guantes y hasta un porta vasos (refresco), para cuando me subía en el cohollito de una mata de mango a “ventear”, ahora le dicen brecheo. El que se haya deslizado de una mata de mango a otra amarrado de un gancho, sobre un hilo grueso de nylon; o el que se haya pasado la tarde en la punta de una mata de dos pisos de altura cuando pequeño, sabrá el tipo de muchachito que era yo.
Y viendo retrospectivamente, esta serie “Macgyver”, por la forma de pensar y de actuar, nos marcó a muchos en aquella época. Gracias a Dios, hoy los “inquietos”, disponemos del concepto “Bricolaje”, o “hágalo usted mismo”, y gracias a la evolución de las relaciones comerciales internacionales, tenemos ferreterías en las cuales encontramos todo tipo de piezas, herramientas y utensilios para “inventar” las cosas útiles y prácticas que necesitamos.
Siempre hay que sacar un mensaje de todo, así que apoyemos a la No Violencia, defendamos la vida humana, el respeto al prójimo y los valores sociales. Para esta navidad, no compre juguetes bélicos, regale juguetes de vida, o por lo menos que no atenten contra ella.