Para los que hemos leído la obra de Francis Scott Fitzgerald, publicada en el año 1929, la película en sí nos da una mejor visión de las cosas, aunque varía en muchos aspectos. Esta adaptación cinematográfica al igual que la obra literaria, encierra en sí misma una idea interesante: nuestra vida vista en perspectiva, desde una óptica inversa.
“La vida solo tiene sentido yendo hacia atrás, pero hay que vivirla hacia delante”. Nacer como un anciano y morir como un bebé te lleva a cuestionarte sobre qué tan importante es el conocimiento ¿Influye en nuestra vida lo que sabemos, o vale más lo que sentimos? Algunas especies animales transfieren todo su conocimiento genéticamente a su descendencia… y si eso pudiera ocurrir en nuestra especie, la pregunta sería: ¿Eso nos haría variar nuestras decisiones? ¿Somos un resultado matemático o el efecto de las probabilidades? Lo que somos cada uno de nosotros definitivamente afecta nuestra forma de ver las cosas.
“Ninguno de nosotros es perfecto para siempre”. La ilusión nos lleva a ver estrellas por encima del plasma intergaláctico. Las estrellas están ahí, pero a millones de años luz. Las personas cambiamos, tomamos diferentes rumbos en base a nuestras decisiones, y en este punto donde la ilusión y la realidad chocan, creando la perfecta imperfección del amor, hay que saber elegir entre: “Quiero recordarnos tal cual estamos ahora” o “Nunca es demasiado tarde para ser quien queremos ser”.
Algunas personas se obsesionan con la edad, y cada año piensan que pierden algo de sí con cada minuto de la existencia que transcurre dentro de las arenas del tiempo. Y yo creo que es lo contrario: cada segundo ganamos algo más, y no perdemos mas que aquello que queremos olvidar. En el amor y la amistad no existen reglas, y no hay un tiempo para empezar o terminar las cosas. Todo se resume a posibilidades y a momentos adecuados. Puedes elegir hacer lo que quieras, y será la elección correcta.
Conforme crecemos, ya de adultos, nuestra visión del amor y la amistad son como nuestras venas: empiezan como arterias que cada día se ramifican mas y mas, hasta que nos arropan todo el cuerpo… nos dan la vida. Sin embargo, ese cambio interno que cada uno de nosotros experimenta como ser humano a lo largo de su vida, nos lleva a dejar a un lado muchas cosas, que podríamos llamarles sacrificios; y al ver nuestra vida en perspectiva, creo que más importante es visualizar lo que hemos ganado, lo que hemos realizado y lo que hemos vivido, que las cosas que hemos perdido.
El amor y la amistad no atan, solo aprietan. No se pierden en el tiempo, solo se esconden. Al fin y al cabo: “Algunas cosas, nunca las olvidas”. No se renuncia a un amor, como no se pierde a una amistad. Las arenas del tiempo no pasan en vano, pero tal y como nos muestra esta obra y como siempre digo: No importa como comienza o como termina algo, lo importante es el valor de lo del medio. Lo vivido, pesa más que la propia vida; y Benjamin Button comprendió eso.
“La vida solo tiene sentido yendo hacia atrás, pero hay que vivirla hacia delante”. Nacer como un anciano y morir como un bebé te lleva a cuestionarte sobre qué tan importante es el conocimiento ¿Influye en nuestra vida lo que sabemos, o vale más lo que sentimos? Algunas especies animales transfieren todo su conocimiento genéticamente a su descendencia… y si eso pudiera ocurrir en nuestra especie, la pregunta sería: ¿Eso nos haría variar nuestras decisiones? ¿Somos un resultado matemático o el efecto de las probabilidades? Lo que somos cada uno de nosotros definitivamente afecta nuestra forma de ver las cosas.
“Ninguno de nosotros es perfecto para siempre”. La ilusión nos lleva a ver estrellas por encima del plasma intergaláctico. Las estrellas están ahí, pero a millones de años luz. Las personas cambiamos, tomamos diferentes rumbos en base a nuestras decisiones, y en este punto donde la ilusión y la realidad chocan, creando la perfecta imperfección del amor, hay que saber elegir entre: “Quiero recordarnos tal cual estamos ahora” o “Nunca es demasiado tarde para ser quien queremos ser”.
Algunas personas se obsesionan con la edad, y cada año piensan que pierden algo de sí con cada minuto de la existencia que transcurre dentro de las arenas del tiempo. Y yo creo que es lo contrario: cada segundo ganamos algo más, y no perdemos mas que aquello que queremos olvidar. En el amor y la amistad no existen reglas, y no hay un tiempo para empezar o terminar las cosas. Todo se resume a posibilidades y a momentos adecuados. Puedes elegir hacer lo que quieras, y será la elección correcta.
Conforme crecemos, ya de adultos, nuestra visión del amor y la amistad son como nuestras venas: empiezan como arterias que cada día se ramifican mas y mas, hasta que nos arropan todo el cuerpo… nos dan la vida. Sin embargo, ese cambio interno que cada uno de nosotros experimenta como ser humano a lo largo de su vida, nos lleva a dejar a un lado muchas cosas, que podríamos llamarles sacrificios; y al ver nuestra vida en perspectiva, creo que más importante es visualizar lo que hemos ganado, lo que hemos realizado y lo que hemos vivido, que las cosas que hemos perdido.
El amor y la amistad no atan, solo aprietan. No se pierden en el tiempo, solo se esconden. Al fin y al cabo: “Algunas cosas, nunca las olvidas”. No se renuncia a un amor, como no se pierde a una amistad. Las arenas del tiempo no pasan en vano, pero tal y como nos muestra esta obra y como siempre digo: No importa como comienza o como termina algo, lo importante es el valor de lo del medio. Lo vivido, pesa más que la propia vida; y Benjamin Button comprendió eso.
“La vida no se mide en minutos, se mide en momentos”.
3 comentarios:
La edad no hace la madurez, tan solo las experiencias hacen que esos momentos que mencionas se transformen en minutos importantes en nuestras vidas...
"Lo vivido pesa mas que la propia vida"... that correct!!
Somos el resultado de las cosas que vivimos...
...por eso
me apretaba la amistad?
Dónde está el valor "de lo del medio" cuando uno piensa en el todo?
La vida no se mide: se vive.
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