18 abr 2011

Algunos días sin escribir.



Y así pasa en la vida, nuestro tiempo se vuelve algo distinto y aprendemos a apreciarlo de formas desconocidas. Hoy es Lunes Santo y tengo un poco más de tranquilidad en la oficina. Así que, por qué no… a escribir un poco en mi átic0. Bueno, este viejo titán está en mejor forma que hace algunos meses, y, a pesar del desastre en Japón, el mundo sigue dando vueltas.

He estado sumergido completamente en mis proyectos personales, y gracias a Dios me ha ido bastante bien. El tiempo de escribir ahora se ha dedicado al Gym, por lo que se podría decir que ahora solo escribo para mí mismo. Recuerdo cuando escribí: “Una palabra en sí no importa, lo que importa es su significado. Un Ático nace de la esperanza de aquello que no queremos olvidar, o de aquello que queremos que sea eterno. Así nace una amistad, así surge el amor, y así perdura la vida: de pequeños momentos... que duran para siempre”. Siempre lo he dicho, lo verdaderamente importante en esta vida, son las pequeñas cosas; ellas son las que hacen las grandes diferencias.

Más de mil réplicas en Japón, en un mes, me parecería algo imposible. Pero no es así, aún sigue temblando la tierra. Siempre he dicho que nosotros (humanos) debemos adaptarnos a los cambios naturales de nuestro planeta. A nivel de vidas y daños es un desastre, pero a nivel geológico es un proceso natural. Aunque debo admitir que es algo sin precedentes en la historia. Japón es un pueblo que siempre he admirado respecto de su cultura clásica y su respeto por la tradición. Fue una de las primeras culturas que estudié, y como se nota, quedé fascinado por su forma de pensar y actuar. Estoy seguro que saldrán de este problema y serán los arquitectos de un nuevo Futuro. La energía nuclear… ¿debo referirme a eso? Creo que mi opinión está parcializada. No apoyo nada que pueda acabar con medio planeta en unos pocos días. Si bien podría decirse que este desastre nuclear se debió a la ergonomía estructural de la mentalidad japonesa aplicada al proceso Nuclear, ningún escenario anterior indicaba la magnitud de los sucesos que provocaron el mismo. En este sentido, el daño está hecho y el problema está ahí… solo hay que resolverlo.

Por otro lado, jamás pensé que vería un F-15 rompiendo la velocidad del sonido sobre el techo de mi casa (de ahí a ahí... jajaja), algo grandioso. Con motivo del espectáculo aéreo del centenario de la Aviación Dominicana, tuve una experiencia que jamás pensé que tendría. Sin embargo, volviendo a la Semana Santa, creo que necesitaré un par de días para arreglar mis cuchumil herramientas ( mi papá anduvo entre ellas)... y creo que me tocará hacer un poco de desastre en casa (reparar, podar, mecaniquear, etc.). Ayer terminé de instalar la nueva configuración de mi Home Theater (7.3: sip, 7 canales y 3 subs)… por cierto, a la gente de Harman/Kardon: por favor, así como invierten en calidad de piezas y sonido (excelente), inviertan unos pocos centavos en hacer que las instalaciones en pared sean un “poquitico” más simples (tres tarugos en ½ pulgada y pasar el cable dentro de espacios tan reducidos, implican que uno termine con las yemas de las dedos adoloridas).

Y para terminar, una de golds. Mis goldfish, tuvieron su camada veintialgo. Ahora tengo unos 18 adultos (sí, de los primero, tienen unos 5 años y medio) y unos 50 microbios (alevines). Solo los locos criamos peces, ello implica más constancia y determinación que la mayoría de mascotas, pero así es el mundo: simplemente complejo. Por cierto, espero que termine pronto esta sequía: me he hecho un experto en reciclaje de agua.

Feliz Semana Santa. Y, PRUDENCIA... ante todo.

2 comentarios:

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

A mi me quedan cinco manoncitos, de los cuarenta y tantos que nacieron.
Están canosos, verdad! Las plumas casi se deshacen, como hilachas.
Serán amados hasta el final.

Si pensamos en lo pequeños que somos dentro de la historia del planeta será más fácil comprender que la Tierra cada tanto se despereza y no pide permiso. Aunque nos sintamos poderosos todavía ella puede tener la última palabra...
Por las dudas, ya tengo hecha mi maleta.
Carpe diem!

Fran dijo...

Yo quiero vender mis "viejitos", están demasiado "grandes". Pero los quiero con el mismo amor del primer día :)

Lo segundo, es cierto... por lo menos estás en tierra firme. En caso de una "gripecita" del planeta: Yo tendré que buscar un barco o nadar bastante :( (jajaja).