Mis sobrinos varones ya son quinceañeros, futbolistas y karatecas… pero no salieron valientes como su tío: son muchachitos de pura ciudad. Hace unos días, estaba podando la grama del patio. Al ser domingo, mis hermanas y sobrinos llegaron de visita, por lo que ellos se pusieron a verme “mecaniquiando” con la podadora, entonces les pregunté sobre el funcionamiento del motor de combustión. El mayor me dijo que el no sabía, pero que su papá lo había dejado manejar y que “él era un hombre!!!” (y el otro manganzón también lo aseveraba)... unos carajitos que le tienen miedo hasta a los lagartos. Ahí le pregunté al menor y por lo menos me dijo que había una bujía, chispa, combustible y aceite; le pregunté qué tipo de aceite y la respuesta fue: no sé. (de cocina??? Jajjaja).
Con mi cara muy
seria, le dije: un hombre sabe cambiar el aceite de su vehículo, por lo tanto debe
saber de combustión y mecánica. (Silencio sepulcral, y yo riéndome por dentro).
En ese momento, cansado y sudado, mi papá (supervisor autodesignado de los “trabajos” hogareños)
le dice a mi mamá que trajo unos cocos de la finca, y que si quería… si mis 4 hermanas hubieran aparecido en “El náufrago” (Tom Hanks): se hubieran tomado
todos los cocos de la isla en un día… y se hubieran comido a Tom Hanks. Bueno,
me puse a pelar los coquitos enanos: variedad pequeña, pero dulce.
Nota: yo he
pelado unos 300 o 400 cocos en la vida; y mi papá me ha dicho: “cuidado con los dedos” la
misma cantidad de veces o más (risa). En fin, estaba pelando cocos y pasando (alimentando a la tribu), cuando veo
a mi sobrino mayor (el conductor) viéndome, le doy uno de los últimos cocos, y
ahí comienzan a llegar el cementerio de cocos para ser partidos y sacarle la
masa. Mi mamá dice que soy “poco delicado”, porque parto los cocos de un solo
golpe. Así que comencé a cortar cocos, hasta que me dolía el
brazo y le dije a mi sobrino mayor (el otro se había ido) que si quería partir su coco. Y me dijo “tío, yo
nunca he partido un coco con un machete”.
Pausa: mi
hermana menor, como único varón, lo cuida mucho. Pero es un hombrecito en
responsabilidad, y trato de enseñarle las cosas. El dejarlo pelar un coco
hubiera sido irresponsable de mi parte; y sí, se hubiera podido herir, no es un juego. Pero
partir un coco es cosa de hombres… debía hacerlo. E hice lo que todo buen tío
haría: esperé a que mi hermana se fuera del lugar, le presté mi machete (muy bien afilado
por mi a piedra) y la dije agárralo como un hombre y dale un solo golpe medio a
medio… sobra decir que aquel golpe pareció de niña (fue su primer intento en la
vida, utilizó ambas manos y necesitaba ajustar su fuerza). Volvimos al segundo
round: “tómalo con una sola mano… tu no eres casi cinturón negro???, piensa en los ninjas”… ahí,
entre la risa, le dije: lo peor es que le des a la grama… y con una mueca en el
rostro el carajito partió su primer coco de 3 golpes… ya casi es un hombre.
P.d. Mi hermana menor, al enterarse, solo me dijo que recordara que es su único varón…. Jajaja: ahora
si es un hombrecito… un hombre sabe pelar cocos con un machete; eso, entre un millón
de cosas más. :D