Este fin de semana, me tocaba cambiar las
bandas de freno delanteras del carro (las traseras, están bien). Las compré el sábado, pero como ya hacía calor (verano) y tenía que ir al gimnasio, lo
dejé para el domingo en la mañana. Me levanté temprano, giré mi guía a la
izquierda (para trabajar mejor ese lado al desarmar), subí el carro, aseguré la suspensión, quite el neumático, afloje los tornillos de la mordaza del
freno, saqué las pastillas, limpié y revisé el sistema, puse las pastillas de freno nuevas, y, volví a colocar todo. Lado izquierdo: perfecto.
Giré todo el volante a la derecha para repetir el proceso, y justo
cuando estoy quitando la segunda tuerca noto que está bastante dura (debido a
la pistola neumática de un taller de “salvajes”, donde me lo alinearon), así
que tomo mis dos manos y luego de un esfuerzo de unos 2 segundos: reventé el espárrago
de la rueda, es decir, uno de los 5 “tornillos” que soportan el neumático. Yo,
me eché a reír, porque solo he visto estas roturas al usar los pies, nunca con
las manos, y solo me dije (interiormente): “Así se hace Superman, solo no rompas las otras” (risa).
Pasada la risa y viendo el tornillo roto
dentro de la tuerca, no me quedó otra que terminar el trabajo. Monté las
pastillas de freno, pero, perdí un tornillo… lo que significa que el próximo sábado
debo desarmar todo el lado derecho, y con una mandarria (martillo), un nuevo tornillo y algo de
paciencia: debo cambiarlo. Lo triste es que tuve que pedir fuera el tornillo ya que no lo encontré (original) en los lugares donde fui; y ahora, ando más atento al neumático
derecho que a todo lo demás, ya que si bien no afecta la conducción, debo
evitar caer en un bache, ya que la presión no se distribuiría uniformemente y podría dañar los otros tornillos y el aro.
En
fin, no fue mi complejo de Superman, estaba cansado de quitar tuercas muy apretadas, y tomé la llave de ruedas
con las dos manos, lo que eliminó la fuerza negativa que uno ejerce naturalmente sobre el
punto medio que estabiliza el giro de la llave de rueda: por eso, se rompió el bendito espárrago. Nota: compré tres espárragos (tornillos)... por si acaso y rompo otro (risa... las cosas que uno pasa por hacer bien un trabajo... así, es la vida).
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Update. Tal y como supuse, todo fue sencillo hasta que me tocó instalar el nuevo espárrago: la cabeza era ligeramente distinta (más redondeada); por lo que, tuve que tomar la esmeriladora y con mucha paciencia hacerle una muesca para que entrara por la ranura del eje. Unos minutos después, dedos algo quemados, unos pocos martillazos y la instalación fue un éxito. Solo debo evitar romper otro.
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Update. Tal y como supuse, todo fue sencillo hasta que me tocó instalar el nuevo espárrago: la cabeza era ligeramente distinta (más redondeada); por lo que, tuve que tomar la esmeriladora y con mucha paciencia hacerle una muesca para que entrara por la ranura del eje. Unos minutos después, dedos algo quemados, unos pocos martillazos y la instalación fue un éxito. Solo debo evitar romper otro.
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