Como pasa el tiempo. Ocho años atrás… una herida en el pie… algo de
Internet… un poco de curiosidad: y, así, surgió este blog. No lo niego, me he
alejado mucho de la escritura, fue una de las metas 2013-14. Necesitaba ese
tiempo para cosas más importantes y relevantes. Pero al final, cada mínimo
detalle: cuenta en la vida.
Para este año, más allá de las guerras, la libertad, los desastres naturales
y los creados por el hombre… sucedió algo, de una relevancia mundial. Y se le conoce
como “el derecho a olvidar” una decisión judicial europea que ha sobrepasado
los límites del derecho, y se ha vuelto un movimiento social: la búsqueda por un
ciberespacio más limpio, seguro y transparente.
Yo, que soy usuario del ciberespacio desde mediado de los noventas (dial up
a 56k…aún tengo esa PC a 166mhz), he estado en demasiados lugares (foros;
sitios web; comunidades; etc.). Por lo que, el pasado año opté por una sabia decisión, que
consistió en que todos aquellos datos que tenían más de 365 días sin ser tocados: los eliminé. Todas esas cuentas de esos lugares a los que solo entré una vez por alguna pregunta o duda; todos esos comentarios (teóricos y obsoletos) que
quedaron en el “olvido”; esas preguntas que uno hace en un momento de “apuros”; incluso los comentarios de algunos blogs: fueron eliminados.
Y es que uno se pone a pensar en los cambios de la vida y nuestro modo de
pensar; del mundo “salvaje” en el que vivimos… y no se trata de que valga la
pena, sino de: cuánto vale el tiempo que invertimos en las cosas que hacemos.
Somos seres comunicativos, nos expresamos de mil maneras… pero, ¿Y, si dejamos
de comunicarnos? ¿Si cambiamos de parecer respecto a nuestro modo de pensar? Es
por ello que todos tenemos el derecho de reinventarnos y comenzar desde cero. Sin que nadie nos ponga una traba.
El derecho a olvidar, no es un “borrón y cuenta nueva”. Es el derecho a
llevar una vida sana, transparente e independiente a todo lo largo de nuestra
existencia. Tenemos el caso del estimado “Stephen Hawking” y su posición con la
existencia o no de Dios… (no se preocupe, le tengo su post): cada persona tiene
el derecho a cambiar su mentalidad sin que nadie pueda juzgar sus
acciones. Y es que: lo que se lee; lo
que se cree; la verdad; y, SU verdad: son cosas totalmente distintas. De ahí
que cada postura sea más una cuestión de táctica en el tiempo, que de un
resultado voluntario expresado en un momento dado.
En estos ocho años, he compartido con gente maravillosa (Gracias). He tomado un poco
de sus vidas y he dado un poco de la mía (esencia blogueril). Así que, solo me queda agradecerles a
todas aquellas personas que, por alguna razón: han llegado aquí (elatic0) en un momento de
su vida. Si quieren olvidar, pueden hacerlo; pero también todos tenemos el derecho a
ser recordados: más allá de las letras. Al final, lo único que importa es cómo
apreciamos lo que vivimos. Gracias
por todo… bueno, y sobra decir que espero vivir unos cuantos siglos… pero, solo para ver cómo cambia
el mundo y eso. (jajaja)
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