17 ago 2014

Mis ocho años.


Como pasa el tiempo. Ocho años atrás… una herida en el pie… algo de Internet… un poco de curiosidad: y, así, surgió este blog. No lo niego, me he alejado mucho de la escritura, fue una de las metas 2013-14. Necesitaba ese tiempo para cosas más importantes y relevantes. Pero al final, cada mínimo detalle: cuenta en la vida.

Para este año, más allá de las guerras, la libertad, los desastres naturales y los creados por el hombre… sucedió algo, de una relevancia mundial. Y se le conoce como “el derecho a olvidar” una decisión judicial europea que ha sobrepasado los límites del derecho, y se ha vuelto un movimiento social: la búsqueda por un ciberespacio más limpio, seguro y transparente. 

Yo, que soy usuario del ciberespacio desde mediado de los noventas (dial up a 56k…aún tengo esa PC a 166mhz), he estado en demasiados lugares (foros; sitios web; comunidades; etc.). Por lo que, el pasado año opté por una sabia decisión, que consistió en que todos aquellos datos que tenían más de 365 días sin ser tocados: los eliminé. Todas esas cuentas de esos lugares a los que solo entré una vez por alguna pregunta o duda; todos esos comentarios (teóricos y obsoletos) que quedaron en el “olvido”; esas preguntas que uno hace en un momento de “apuros”; incluso los comentarios de algunos blogs: fueron eliminados. 

Y es que uno se pone a pensar en los cambios de la vida y nuestro modo de pensar; del mundo “salvaje” en el que vivimos… y no se trata de que valga la pena, sino de: cuánto vale el tiempo que invertimos en las cosas que hacemos. Somos seres comunicativos, nos expresamos de mil maneras… pero, ¿Y, si dejamos de comunicarnos? ¿Si cambiamos de parecer respecto a nuestro modo de pensar? Es por ello que todos tenemos el derecho de reinventarnos y comenzar desde cero. Sin que nadie nos ponga una traba.

El derecho a olvidar, no es un “borrón y cuenta nueva”. Es el derecho a llevar una vida sana, transparente e independiente a todo lo largo de nuestra existencia. Tenemos el caso del estimado “Stephen Hawking” y su posición con la existencia o no de Dios… (no se preocupe, le tengo su post): cada persona tiene el derecho a cambiar su mentalidad sin que nadie pueda juzgar sus acciones.  Y es que: lo que se lee; lo que se cree; la verdad; y, SU verdad: son cosas totalmente distintas. De ahí que cada postura sea más una cuestión de táctica en el tiempo, que de un resultado voluntario expresado en un momento dado.

En estos ocho años, he compartido con gente maravillosa (Gracias). He tomado un poco de sus vidas y he dado un poco de la mía (esencia blogueril). Así que, solo me queda agradecerles a todas aquellas personas que, por alguna razón: han llegado aquí (elatic0) en un momento de su vida. Si quieren olvidar, pueden hacerlo; pero también todos tenemos el derecho a ser recordados: más allá de las letras. Al final, lo único que importa es cómo apreciamos lo que vivimos. Gracias por todo… bueno, y sobra decir que espero vivir unos cuantos siglos… pero, solo para ver cómo cambia el mundo y eso. (jajaja) 

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