Bueno, hace unos nueve años, tomé la decisión de criar algunas variedades de goldfish (carrasius
auratus), como una forma de cultivar mi paciencia y mi paz interior (vida de
abogado= vida de locos... el agua me calma). En fin, siempre bromeé sobre comos mis “gorditos”
crecieron al tamaño de un chihuahua… es broma: pesaban más.
Con los años, tuve
problemas y alegrías, días buenos y días de “gatos” (telescopio mamey, ryukin
cálico y oranda redcap: RIP). Sin embargo, tuve camada tras camada de hermosos
colores e hibridaciones naturales. El chiste, es que nunca he vendido un
pez: los regalo o los cambio por otras variedades. La cuestión es que, con el
paso del tiempo desarrolle una estrategia anti felina, y me centré en las
variedades de cola simple y nado rápido: shubunkins y cometas sarrasa. Los
shubu, por ser los más longevos (20 años) y variados en contraste de colores; y
los cometas sarrasa, por su majestuosa cola de velo, sus colores y su velocidad.
Mantuve seis de
los golds originales (Ryukines y orandas) y unos doce ejemplares de otras
camadas (seleccionados). Al final del pasado año, tenían de 5 a 9 años de edad (viejitos);
así que, luego de una puesta inesperada de los shubunkines bristol, tomé la
decisión de obsequiarlos a los mismos que me los habían vendido años atrás,
para hacer espacio. Sobra decir, que se sorprendieron de ver un pez que
vendieron de menos 2 pulgadas, crecer más de 12 veces el volumen su
tamaño. Me preguntaron si les daba esteroides o cosas raras. Y les dije que no,
solo cuidado diario, un estanque largo y medio profundo y pellets bien
remojados). En fin, los cometas estuvieron en una exhibición de una embajada
asiática (estuve orgulloso… hasta que me enteré que murieron en el viaje de
regreso). Y de los seis originales (shubus, Ryu, y orandas) cuatro son
empleados como reproductores… una buena y tranquila vida. Me regalaron dos
parejas de unos goldfish “raros” (payasos, me dijeron) para mí, que luego me
enteré que eran shubunkines de la variedad “London”… yo, los llamo “súper
cerditos”. Porque son mas redondos que los Bristol, y con la cola corta, aunque
superan en contraste y variedad de colores a cualquier otra variedad de gold;
pero, son iguales de rápidos (anti felinos).
En fin, al
llevar a los “viejitos” (diferentes lugares), los dueños me rogaron
(literalmente) que eligiera otros peces. Los convencí de que sabía que estarían
en buenas manos, y luego de pensar un minuto que tendría dos estanques grandes
vacíos (evitar mosquitos), tomé siete guppys verde lumínico, y half black; seis
danios rerios (cebritas): cola de velo y glofish (lumínicos); y tres parejas de
mollys cola de velo y marmolados. Todas, variedades de principiante (fáciles de
cuidar); pero, que nunca había tenido al ser de creación “reciente”.
Me estoy riendo…
porque, me pasó como con Jesucristo: convertí seis gupicitos (poecilia reticulata) (una hembra saltó al
primer día), en unos quinientos o más: logrando degenerar colores y extraer genes
recesivos hasta lograr variedades interesantes (blue moscow y cobra); Las
cebritas, solo reproduje unas 30, porque las tenía con los mollys (sacaba los
nidos cuando me daba cuenta de la puesta); de los mollys logré unos 700 o más
ejemplares; todo esto, en menos de un año. Fue así como, hace unos tres meses
tuve una puesta de los shubunkines london (unos 100 alevines. Sobreviviendo:
todos menos 4… no los he contado) y opté por salir de los guppys y los mollys.
El problema es que al ser tantos y tan “grandes” (mollys adultos) tuve que
repartirlos entre todos los acuaristas que conozco.
Me quedé con unos treinta alevines de mollys marmolados y cola de velo (ya son juveniles y comenzaron a parir: ovovivíparos); y, unos veinte guppys (para mi sobrinita… otra historia). De ahí, que me dieron a elegir peces… lo que me llevó a un nuevo comienzo en la crianza de peces: una docena de Escalares koi y marmolados (Pterophyllum scalare) y tres parejas de Amatitlania Nigrofasciatus o simplemente “convictos”. Peces, que nunca crié debido a que al ser cíclidos, tenían cierta agresividad (no aptos para acuarios comunitarios, en principio).
Me quedé con unos treinta alevines de mollys marmolados y cola de velo (ya son juveniles y comenzaron a parir: ovovivíparos); y, unos veinte guppys (para mi sobrinita… otra historia). De ahí, que me dieron a elegir peces… lo que me llevó a un nuevo comienzo en la crianza de peces: una docena de Escalares koi y marmolados (Pterophyllum scalare) y tres parejas de Amatitlania Nigrofasciatus o simplemente “convictos”. Peces, que nunca crié debido a que al ser cíclidos, tenían cierta agresividad (no aptos para acuarios comunitarios, en principio).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario