Este año, son tantas las cosas buenas e interesantes en lo tecnológico,
social y humano a nivel global; pero, ¿De qué sirve tener un mundo en la palma
de tu mano, cuando no tienes idea de lo que en realidad es el mundo?
El “orden” en nuestro planeta, está estructurado para producir y
consumir. Alguien produce y alguien consume; esta relación, interviene
directamente en el desarrollo de nuestros pueblos; pero, cuando algún factor
externo afecta ese “equilibrio”, se hace necesaria una “compensación”
(adecuación, re estructuración, cambio). Y es, en este punto donde entra en
juego la violencia, como una forma de control de las masas. Y por violencia, no me refiero a un grupo de hechos aislados
derivados de impulsos humanos básicos (crímenes personales); me refiero, a una
forma de presión destinada a salvaguardar ciertos intereses. Estos intereses,
pueden ser por control territorial, de mercancías, intereses religiosos,
estratégicos, etc. La violencia, estimula la seguridad: guardianes privados, armas modernas, sistemas de vigilancia remota, portones eléctricos, cámaras de
seguridad, monitoreo de vehículos, paquetes o personas, migración, precios de los inmuebles en una determinada zona, entre otras cosas. Todos, productos de un mercado que
deja beneficios netos a un muy bajo costo: la muerte de algunos pocos ciudadanos inocentes, y mucha prensa
(manipulada) para crear esa inseguridad tan necesaria para el control… eso, a mi entender, es la fuente del problema.
Bueno, casi todo el problema de la violencia, apunta a dos cosas:
drogas y petróleo. Se ha fijado usted que en los países donde no hay producción
de drogas o petróleo, viven más tranquilos… bueno, luchan por cosas básicas (los
embargan, como a Cuba, o, los invaden para derrocar a algún extremista lleno de
armas inexistentes y futuros ataques); pero, al final, todo el mal chiste de la
violencia apunta a un solo elemento: CONTROL. Si controlas un territorio, controlas una zona libre de paso; si
controlas una mercancía, controlas un mercado; si controlas una ideología,
controlas uno o varios pueblos; pero, si demuestras poder, si les hacen ver al
mundo (a través de los medios de comunicación) que no importa sacrificar
unos cuantos, con tal de salvaguardar un ideal “justo” (como hacen algunos
países que conocemos): lo
controlas “todo”. Y en ese punto, necesitas de la violencia “casual”, de
esos casos aislados mediatizados exponencialmente, para que desvíen la atención
de la verdadera violencia, la violencia MILITAR: matar o morir; dividir y
conquistar.
Nos entretienen con temor por ébola, sondas espaciales,
narcotráfico, homosexualidad, legalización de marihuana, y “accidentes” del
diario vivir (por cierto, nunca he visto a un pollo “tosiendo”… fuera una
noticia entretenida). Cuando en verdad, buscan desequilibrar economías petroleras,
o tomar el control estratégico de una zona comercial en vías de desarrollo. Algunas
zonas de medio oriente han sido bombardeados decenas de veces en “puntos
estratégicos”, es decir, en campos petroleros. ¿Quién es más terrorista? ¿El
que promueve la unión de un pueblo en base a sus creencias, y defendiendo sus
tierras con el armamento disponible? ¿O, quien viaja medio mundo a bombardearlo,
porque vende demasiado petróleo sin control? Lo interesante, es que según
Wikipedia, el líder del Estado Islámico fue apresado por Estados Unidos hace más
de una década. Entonces, me haré la pregunta que todo el mundo se hace ¿Está el
Estado Islámico bajo el control de los Estados Unidos? ¿Serán un peligro real
(terroristas), o serán los nuevos Osama Bin Laden, que también fue entrenado
por Estado Unidos?
¿Algún día la humanidad terminará toda esta farsa? ¿Todo este juego
por controlar intereses, dominar pueblos y mantener un estilo de vida
medieval? ¿O, pensaremos en algo más allá? Yo, no tengo preferidos. Creo que
la violencia, a veces, es necesaria para controlar una determinada situación y
que no se agrave. Pero, de ahí a convertirla en un estilo de vida: no, no creo
en eso. Me gusta más ver el mundo como alguien que prefiere encontrar la
solución a los problemas que nos manda la vida: cosas simples: como levantar el
embargo a Cuba, que no se mete con nadie y nos ayuda pese a sus precariedades; dejar
a los venezolanos que elijan su propio destino y apoyen la mejoría de los
ciudadanos, sin crucificarlos por el petróleo. Quiero que muchos países hagan
los cambios migratorios necesarios para que una persona se sienta parte de la
cultura donde se desarrolla y no como un simple código de barra (nota: sobre el
caso RD-Haití, escribiré luego); quiero, que los países incentiven las ideas
innovadoras y revolucionarias, en especial aquellas que atenten directamente
contra sus principales intereses comerciales... así, no evolucionamos: revolucionamos el mundo (diversificándonos); Sobre Israel
y Palestina, Israel: denles a los palestinos un territorio alejado de la franja
de Gaza (Mar, que tanto les interesa), cerca de la frontera con otro país y déjenlos en PAZ… el genocidio, solo es útil en
la mente de un enfermo. Cada persona debe aceptar la diferencia de los demás.
Los chinos, están compitiendo tecnológicamente con los rusos, y se expandirán más como la primera potencia que son… sin embargo, espero que sean lo suficientemente
humildes para aceptar el cambio del capitalismo, al fin y al cabo, ustedes (China)
son los comunistas más capitalistas que la historia humana haya tenido.
Ucrania: Estados Unidos quiere esa base naval de la URSS (Sebastopol, Crimea)… es, estrategia básica; quizás, Rusia jamás
cederá. No le doy ningún consejo a Estados Unidos, ya que seguirán financiando,
comprando, haciendo aliados, declarando guerras, pagando deudas, etc. Es su
papel en la historia: el inconformismo de un conformista. Ya la Unión Europea, China e incluso
los Estados Unidos han dado señales de fatiga a nivel de sus macroestructuras
geopolíticas y socio-económicas… un desequilibrio elemental, que terminará
algún día, dando comienzo a un futuro más esperanzador, pues llegará el día en
que todos necesitaremos de todos para poder subsistir.
Mi mayor temor futuro, radica en las guerras biológicas. Según el
orden natural de la vida: llegará el día en que algún pequeño virus (natural o
artificial) cambiará el curso de la historia humana. Ya tuvimos este año la
chikungunya, el ébola y un supervirus gripal (inmune a los antibióticos) que fue
creado por un científico en su laboratorio, quien le envió muestras de
éste a varios colegas (sin avisarles del peligro, recibiéndolo en instalaciones
carentes de la seguridad necesaria para evitar un brote), también está el
enterovirus D-68, que afectó a los EUA, y la bacteria come carne… si algo nos ha enseñado este planeta es que
la humanidad pese a su “grandeza”, es como la caspa en el cuero cabelludo… solo
espero que la cura, no sea un “shampú” medicado.
Los seres humanos podemos mejorar mucho más de lo que somos, pero
debemos darnos la oportunidad. Necesitamos eso, permitirnos desarrollarnos a
nuestro máximo sin las limitaciones impuestas de alimentación, salud, religión, energía
eléctrica, o tecnología. Ahora, al crear, estamos más atentos a quienes
afectamos; que, a quienes beneficiamos con la idea. Tenemos tecnologías revolucionaria ya creada; tenemos conceptos teóricos revolucionarios que pueden ser desarrollados y
aplicados a innumerables áreas del conocimiento. Entonces: ¿Cuál es el temor?
Si mañana una tormenta solar terminara con la economía mundial, volviendo
aparatos electrónicos inservibles; si un virus informático o troyano destruyera todos los soportes de
los mercados financieros del mundo; si surgiera un virus gripal que eliminara
el 93% de la población del mundo… ¿Cambiaríamos?
La riqueza, no es tener más; es, necesitar menos. Eso nos enseñó
este año 2014: no tuvimos pandemias (la gripe común mata más personas al año
que 10 años de ébola); tampoco las tormentas solares acabaron con el mundo (ya,
expliqué que son la fuente del electromagnetismo terrestre: algo natural); y tampoco han
colapsado los mercados financieros (pese a que los chinos y rusos viven “punchando”) , tan solo tienen sus bajas y altas
(comunes). Sin embargo, cada vez que una persona te pasa por el lado y no te
dice “buenos días/tardes/noche”; cada vez que alguien te ignora, voluntariamente;
cada vez que nos encerramos en nuestra propia vida, basada en consumo superfluo,
redes sociales y fines de semana: perdemos, lo que nos hace humanos. No me
preocupan las economías globales, ni las drogas o el petróleo (y su violencia): me preocupa la
falta de humanidad y de tacto que estamos desarrollando en todas las sociedades. Por eso, doy este único consejo: haga lo que usted crea correcto, sin importar las consecuencias.