Evolutivamente hablando, el ser humano no “vive para pensar”, sino que “piensa para vivir”.
Cuando hablamos de inteligencia no nos referimos a un factor único, inmutable, o predispuesto. Nos referimos a una serie de elementos y factores dinámicos de distintos tipos, algunos heredados genéticamente, y otros desarrollados en gran medida debido al “medio” o al “entorno” en que vivimos.
La inteligencia es la capacidad de comprender y resolver las cuestiones que se nos presentan, y que nos permite adaptarnos a nuestro medio ambiente, ya sea de forma individual o en grupo. Es decir, podríamos llamar nuestro principal tipo de inteligencia como “inteligencia ambiental”, o sea nuestra capacidad de “adaptarnos” a nuestro entorno.
Haraganeando, entre un dolor de espalda producto de la albañilería de patio, me topé con una vieja doctrina: la “Teoría de las Inteligencias Multiples” del psicólogo norteamericano Howard Gardner. Hoy le toca su turno al psicotrauma (psicología, le llamarían los académicos).
El Dr. Howard Gardner (Harvard) ha podido aislar nueve aspectos diferenciables dentro de nuestra “capacidad” humana, mejor conocida como inteligencia. Diferenciándola en tres grupos:
A) Inteligencia Formal, compuesta por:
1) Inteligencia lingüística. Desarrollan la habilidad para comprender y emplear a mejor ritmo que los demás el lenguaje, la fonética, la semántica, etc. (escritores, poetas, etc.) Esta varía conforme a cada cultura.
2) Inteligencia lógica-matemática. Es la capacidad de manejar números, relaciones y patrones lógicos de manera eficaz, así como otras funciones y abstracciones de este tipo.
3) Inteligencia espacial. Es la capacidad de poder formar un modelo mental y combinar, organizar, fusionar e interpretar las partes de ese “todo” a su alrededor, aunque carezca de destrezas especificas sobre esas partes.
4) Inteligencia musical. Es la capacidad de percibir, distinguir, transformar y expresar el ritmo, timbre y tono de los sonidos musicales.
5) Inteligencia corporal-cinestésica. Es la capacidad que desarrollan quienes poseen una habilidad para utilizar su cuerpo (seis sentidos) para realizar alguna acción, y expresar así sus ideas, sentimientos e inquietudes.
6) Inteligencia Intrapersonal. Es la capacidad de la autoinstrospección, y de actuar consecuentemente sobre la base de este conocimiento, de tener una autoimagen objetiva de nosotros mismos. Nos ayuda a la autodisciplina, la comprensión y amor propio.
7) Inteligencia Interpersonal. Es la capacidad de distinguir y percibir los estados emocionales y signos interpersonales de los demás, y responder de manera efectiva a dichas acciones de una forma práctica.
B) Inteligencia Social. Es la capacidad que desarrollan las personas que tienen una habilidad innata para comprender e interpretar el lenguaje corporal, en conjunto con las emociones de los demás, y utilizarlos sabiamente para motivar y comprender a sus semejantes.
C) Inteligencia Emocional. Es capacidad de sentir, entender, controlar o modificar los estados anímicos, propios y ajenos. Es intuir y comprender, armónicamente, los sentimientos de los demás y los propios, y así poder extrapolar consecuencias inmediatas y a largo plazo, sobre lo que se percibe de sí mismo y de los demás.
¿Para qué nos sirve toda esta teoría? Para comprender que todos somos diferentes, y a la vez tan similares. Esa es la maravilla de la mente humana, una máquina adaptable a las necesidades, a nuestros antojos y a nuestro medio ambiente. De poeta, de sabio y de loco, todos tenemos un poco. Esperemos algún día llegar a comprender mejor la mente humana.
2 comentarios:
Esa computadora que llaman cerebro
tiene un disco de almacenaje infinito
que se llama memoria, sin embargo
algunos especímenes no saben usar el programa
predeterminado que trae; el pensamiento,
lo que los reduce a ser un parásito del
razonamiento ajeno.
DTB
PD: Las teorías de Howard Gardner, quizás,
intentan explicar por qué los humnanos somos
buenos en algunas cosas y malos en otras.
Diste en el clavo amigo: memoria. Sin memoria no existe la inteligencia, ni el pensamiento.
El principal aporte de este señor es la concepción de la inteligencia como una "capacidad". No como algo genéticamente inmutable.
Lo que me llamó la atención fue la inclusión del tipo de inteligencia emocional, ya que es de amplia aplicación a nivel social, empresarial y laboral.
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