2 jun 2013

Simple voluntad.


Mahatma Gandhi dijo una vez, que: “La fuerza no procede de las facultades físicas, sino de una voluntad invencible”. Lo recordé porque hoy vi una pequeña hormiga arrastrando un pedazo de alimento como del triple de su tamaño y lo llevaba a su nido. Muchas personas creen que las hormigas se comen estos desechos orgánicos, ignorando que los acumulan para fermentarlos y alimentar a un hongo que crece dentro del hormiguero: que es lo que en realidad las alimenta… esa es la voluntad que las empuja a seguir y esforzarse tanto en fuerza como en resistencia.

Cuando uno levanta pesas durante muchos años, ve y escucha a muchas personas “gritándose” y “enfureciéndose”, con la idea de obtener una supuesta máxima fortaleza derivada de un torrente de adrenalina (estímulo psicológico). Yo: aprendí a reírme. Comprendí que sin importar los “gritos”, la presión, la tensión o el miedo, sencillamente nada de eso importa. Ni siquiera el peso a levantar. Si bien un ejercicio con pesas presupone estrés físico, es quizás por ello que la pasibilidad se convierte en la mejor arma contra el dolor del esfuerzo, y en el verdadero estímulo.

De qué vale romper fibras musculares, si no hay una mayor resistencia al esfuerzo; de que vale “crecer”, si no obtienes una mayor agilidad o velocidad? Los seres humanos somos similares a las hormigas: con una voluntad férrea podemos hacer cosas casi imposibles y es así, porque cada uno de nosotros lleva dentro de si una voluntad indomable, esa sed por alcanzar lo que nos proponemos. Y al mirar a las hormigas, “comiendo” níspero… y picándome, me di cuenta de que defendernos, fortalecernos e ir más allá de nuestros límites es un sentimiento universal de los seres vivos.

Si estamos estáticos, no habrá ninguna voluntad; sin voluntad, no habrá cambios; Y, sin cambios, no hay vida. Más allá del trabajo diario, de los problemas, de las cosas pendientes, te das cuenta de que lo que te mantendrá vivo, lo que definirá tu vida y te definirá como persona es, simplemente: tu voluntad. No hay por qué rendirnos ante las inclemencias de la vida: vivir solo es eso, una excusa para seguir adelante.

2 comentarios:

soy... dijo...

"La vida es aquello que sucede, mientras te dedicas a pensar y hacer otras cosas"

Algo parecido dijo John Lennon. Que para filósofo y pensador estaba muy pobre, pero me agrada esa frase o la que exactamente dijo y no quiero googlearla.

Saludos desde Barcelona.

Fran dijo...

Sí, maestro. Es una frase genérica, creo que traducida del budismo; y al parecer él la escuchó. De ahí que me refiera a la voluntad y no al destino.

Un saludo, desde su isla.