“Quien tiene una madre como reina, convierte a cada mujer en una princesa”. Lo cierto es que hay mujeres que merecen ser tratadas de forma especial. No sé, puede ser un gesto o un detalle lo que te enamora y te atrae. Y sé que usted estará pensando que lo único importante es una mujer de carne y huesos (no idealizada). Bueno, TODOS somos de carne y huesos. Tenemos cientos de imperfecciones… pero, si bien la vida no es un cuento de hadas: es un cuento verdadero.
¿Alguna vez ha
visto dos ancianos besándose en la mejilla, o tomados de la mano? ¿Ese momento en el que se
miran como si fuera la primera vez? uno se pregunta cómo se habrán conocido, y qué tanto
habrán pasado juntos. ¿Se dio cuenta? la vida sí es un condenado cuento de hadas. Solo
debes aprender a observar. Y ¿qué es una princesa? una niña, una
señorita, una dama… y qué mujer no lleva una niña por dentro, qué mujer no es
tan coqueta que se mira al espejo, y se dice: “te vez hermosa”; y, además, qué
mujer no merece ser tratada como una dama única: capaz de inspirar poemas,
canciones e historias.
Cada mujer es,
en cierta medida, la princesa de un cuento. Cada mirada, cada gesto, cada
exquisito contorno de su impactante figura, cada carácter y cada microscópica imperfección de su ser, trae consigo la
esencia misma de la perfección femenina, ese aire de seducción que te atrae y
te seduce hasta los cimientos del alma... ahí está tu princesa. Al final de la historia, el príncipe
azul (rojo, verde o amarillo) se convierte en Rey. Un nuevo reinado comienza
(la historia de tu vida) y es ahí cuando la princesa del cuento pasa a ser la
Reina de nuestra historia: señora de señoras, mujer única, la más
sagrada e invaluable de todo el “reino”, y quien estará a tu lado más allá del
tiempo. El amor, no es una ilusión: es la voluntad de ver la luz, aún en la más
cerrada oscuridad. Princesas, hay muchas. Reina: solo hay una. Bueno, y cuando
hay una pancita de nueve meses: dentro de ella viene una “princesita o principito”… una bendición, llena de risas, gritos, caos y felicidad… pero esa,
es otra historia.
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