He estado pensando en esa blusa que tienes...
Aquella que deja al desnudo tus hombros, como
una provocación para mis besos.
¿Acaso debo resistirme?
¿Debo pedir el permiso? O, ¿Solo besarte a la saciedad de mis ganas?
Es solo la perfecta silueta de tus hombros... de
mujer libre, de dama serena... lo que me provoca.
Y no es solo el abrazo, que funde nuestros cuerpos; es, el alma pura la que se alimenta de esta presencia.
¿Qué sientes al ver que mi mirada te
recorre mientras te beso? Mientras mis manos solo buscan enredarme en tu piel.
¿Eres mía, o eres libre?
O, quizás, solo somos algo en lo que se puede creer.
He
de besar tus hombros, mi musa, cada noche, como muestra de mi amor; para que recuerdes que, en el amor hay cosas: que son reproches, y otras, del corazón.
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