En estos meses
de “descanso” del gimnasio (salud de mi mamá) la única cosa que ha seguido
creciendo sin pesas es: mi barriga. Mis hermanas se preocupan porque unos meses
de insomnio y unos cuantos litros de café al día estén afectando mi salud… bueno:
aún estoy vivo. Quizás, por esos 25 años fuñendo con pesas.
Hace unos días, como
terminaron las lluvias, me puse a podar el frente y el patio (si quieres algo
bien hecho, hazlo tu). Me tomó como una hora cortar la grama (podadora: ejercicio
de piernas); 30 minutos de poda (machete: hombros, tríceps y bíceps… ambidiestro);
y, unos 15 minutos de espalda (cargando lo podado). Lo interesante, es que al
otro día, solo me dolía un poco el hombro izquierdo (bueno, soy zurdo; o,
quizás fue lo del serrucho). En fin, no estaba tan cansado como debería.
Volviendo al
insomnio, me di cuenta que mi agresividad ha aumentado bastante. Una semana
antes de la “divinidad” (la rubia), dos tipos obstruyeron mi entrada con su
carro; así que unos minutos después salí y les ofrecí a los cuatro pelea (a
mano limpia) (4: los 2 del carro, el vecino y un mecánico). Y no piense que
estoy orgulloso de eso: como están las cosas, pudieron darme un par de tiros.
Pero, me pidieron excusas… y, todo quedó ahí.
En fin, no
pierda su tiempo pensando en niveles altos de testosterona, descanso o que debo
dejar el café (tenía años sin tomar café). Necesito pesas… 8 platos en pecho me
calman, 20 en pierna, me hacen dormir bien; y, en esos 90 minutos: el tiempo se
detiene. Necesito readaptarme (física y mentalmente) a mis últimas dos décadas.
No puedes pedirle a un león que coma frutas o vegetales. Los primeros 15 días serán
dolorosos como el demonio; pero, son la única forma de control que
efectivamente funciona. Eso, o mi estrés se disparará aún más… a veces, solo debes
soltar el animal. Por eso, es que entreno.
P.d. mi rodilla izquierda: está tronando, igual que mi cuello y algunos dedos… debe ser la edad
(hahaha).
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