8 jun 2020

¿Como el ladrillo o la piedra?



En su viaje hacia el Tibet, un hombre se detuvo en una aldea. Al lado de su hotel, había una vieja casa derrumbada. Por su ventana, vio a un niño que trataba de romper un ladrillo con su manito, mientras otro niño mayor le enseñaba cómo hacerlo. El hombre pensó que sería alguna clase de preparación religiosa o de artes marciales. Siguió su camino…

Años después, volvió a hospedarse en el mismo lugar; no sin antes percatarse que a la entrada del pueblo estaba aquel niño que, ya era un jovencito junto con el otro mayor; y que, entre risas, podía romper decenas de ladrillos. Y, estaba tan sorprendido, que la conversación de esa noche con su grupo era de la increíble proeza. Un lugareño, que servía de interprete de turistas se comenzó a reír; y, al ver su reacción, le dijo: Eso que hacen los niños, no es nada religioso o de artes marciales. ¿Ha intentado romper una piedra del mismo tamaño (grosor) que un ladrillo? No, contesto. El padre, es dueño de una cantera de piedra y ellos, construyen las casas desde hace mucho tiempo. Una vez, construimos en ladrillo y con el paso de los años, nos dimos cuenta de que se volvían frágiles y se rompían… la piedra, dura por siempre. La cuestión (moraleja) es que por mas simétrico (perfecto) que se viera el ladrillo, romperlo era más una cuestión de perderle el miedo al golpe que la fuerza. Eran tan pobres que ni herramientas tenían. Al romperlos, se aseguraban de que nadie mas cayera en la trampa de reutilizarlos... un asunto de la calidad. Bueno, y si el padre tenía una cantera de piedra, se aseguraban que el negocio familiar siguiera funcionando.

Dirá que es “abuso” o injusticia; sin embargo, todos los niños (en especial, los varones) pasamos por una etapa de aprender nuestros límites físicos: corremos, saltamos; y… rompemos ladrillos; siendo sincero nuestra “hombría” crece al saber que podemos ganar la carrera, que saltamos más alto… o, que podemos cruzar la calle escupiendo (hahaha). Ser niños/as es liberarnos de cualquier límite. Esa, es una vida plena que los adultos debemos proteger (educando y orientando). Millones de niños trabajan en el mundo, sin tener la oportunidad de “jugar” libremente. Siempre he luchado porque cada persona que conozco tenga las mejores etapas de su vida. Aún sea con una pelota “vieja”, un juguete usado; hasta, jugando con tierra o bañarse en la lluvia. Aún de adulto, he caminado bajo tormentas (sí, soy medio loco): dejo todo lo electrónico y me preparo un toalla de llegada. 

La vida, no se trata de edades para hacer cosas; sino de disfrutar las cosas de cada edad. Si nos gusta: ¿Por qué reprimir sentimientos? Hoy, miraba a unos skaters… y, recordaba la vida sin preocupaciones que era esa (tengo varios posts). Ningún niño, niña o adolescente debería tener que dejar de divertirse por responsabilidades “laborales”. El niño de los ladrillos, disfrutaba poder ayudar a su familia, no era un trabajo; a veces, olvidamos que la disciplina forja el carácter. Es algo así como golpear un muro: si lo haces furioso, duele… por días. Si lo haces por diversión, para liberar un poco de estrés: terminas por agrietarlo, sin nada más que la duda de: ¿Podré atravesarlo? Así, es la vida: debes encontrar los límites, para saber si podrás superarlos. P.d. por cierto, no hay forma humana de romper una piedra real de ese grosor, y… duele muchísimo (hahaha: no hay rebote; lo mismo, pasa con las columnas de los edificios: demasiada tensión molecular)… bueno, para eso están las mandarrias. :)   

2 comentarios:

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Ningún niño debería perderse vivir la niñez... Pasé a saludarte :)

Fran dijo...

Querida Ferip, hola!!!!!!. Es la mejor etapa del ser humano... un abrazo virtual desde esta islita del Caribe. :)