Cada vez, que
miro un espejo: veo, a mi mayor y único contrincante. En palabras simples, la
vida no es una competencia; ni una carrera; ni un ciclo. Es, básicamente, un
milagro. Sin embargo, desde muy niños, nos preguntamos cuáles son nuestros
límites: físicos, emocionales e intelectuales. Voy para 42 años… ya he
sobrepasado algunos, varias veces. Sin embargo, siempre es divertido ver el
“hasta dónde” se puede llegar.
Llevo semanas “torturándome”, caminando 10-12 kilómetros
diarios. Y digo, torturándome, porque camino rápido y sin descanso (ritmo
constante, sin llegar a trotar… hágalo por semanas: a uno, le duele hasta el
cabello (risa): ampollas, dolor en las articulaciones (si, por impresionar a mujeres,
clásico… hahaha) y, fatiga; sin embargo, eso: es un buen día de entrenamiento.
Tras varios meses encerrado (COVID-19) y bajo medidas de seguridad (aislamiento social) caminar, se ha vuelto una rutina interesante. Bueno, no hay gimnasios abiertos, salvo los 7-9 improvisados en el Mirador. Y me refiero a eso, porque convertir a un “powerlifter” de 220lbs en una “maquinita” de pasos (risa) fue un verdadero desafío: 25 años de decirle a las piernas “mas carga” y “menos” dolor, a caminar decenas de miles de pasos: no fue fácil.
Tras varios meses encerrado (COVID-19) y bajo medidas de seguridad (aislamiento social) caminar, se ha vuelto una rutina interesante. Bueno, no hay gimnasios abiertos, salvo los 7-9 improvisados en el Mirador. Y me refiero a eso, porque convertir a un “powerlifter” de 220lbs en una “maquinita” de pasos (risa) fue un verdadero desafío: 25 años de decirle a las piernas “mas carga” y “menos” dolor, a caminar decenas de miles de pasos: no fue fácil.
Ayer temprano, llovió un poco en el Mirador,
y viví por segunda vez, la experiencia de tenis lisos; si, resbalé unas 4 veces
en la “pintura” del piso…y, en un cemento blanco de la acera (no, no me caí; pero, es una sensasión poco placentera); así que, en días de lluvia opté por la ruta
asfáltica (con inclinación, salvo en la isleta central). Al parecer, he
excedido la “velocidad” recomendada por los fabricantes (hahaha, los he gastado
parejos: buena pisada). No tienen, ni 3 meses de uso… bueno, ahora que lo
pienso: son como 800km; pero, son ligeros y cómodos: cuando se rompan, los
cambio. En fin, solo compito contra mi mismo; y, de vez en cuando... solo hay
unas 4 personas en el mirador que dan buenas competencias (caminata rápida y
limpia); salvo la “runner”; ella, hace trampa: trota ((risa)… es, maratonista).
Toda competencia sana y divertida: vale el esfuerzo. De eso, se trata la vida:
de disfrutar esos pequeños desafíos diarios.
P.d. Mi fémur izquierdo me recuerda en
estos días, mi época de skateboarding (pierna de presión); o, quizás, es solo
la edad (risa). Sin embargo, si sigo subiendo el ritmo: podré correr como Dash. :)
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