5 abr 2020

Domingo de Ramos.



Esta mañana, colgué en mi puerta una cruz hecha de palma… del año pasado. Se que la iglesia católica mandó a buscar palmas verdes para hacer la cruz (en casa); pero, una cruz bendita, vale por igual… o, mas? Tremenda discusión entre mis hermanas y yo (chat de los hermanos); sin embargo, el punto es, que la cruz, es solo un símbolo. Lo que vale, es su representación.

Hoy, he visto a personas bromear con la religiosidad, bañarse en piscinas, presentar conciertos, recomendar libros, películas o vinos; colocar fotos “sugestivas”; seguir quejándose de la cuarentena; chismear de política; motos, autos, entre muchas otras cosas… Sin embargo, me he dado cuenta de que, a Michu (gato), le falta un colmillo: con razón y nunca gana una pelea. Ya, en serio, saben la única interrogante que me surgió: ¿Cuántas cámaras y micrófonos han hackeado en estos días? 

Me explico, hay un boom de las telecomunicaciones online con programas de videoconferencias (tanto a nivel familiar como profesional). Programas, autorizados por usted a utilizar su cámara y su micrófono. Por lo que, si le sumamos un par de miles de hackers encerrados, la NSA, los chinos, los rusos, Aliens, algunos prototipo de AI (Inteligencia Artificial... hola) y un deseo insaciable de análisis de patrones conductuales y de información: sorpresa, tenemos un lote de programas de reconocimiento facial, bases de datos y acceso a cámaras y micrófonos en un mundo dominado por un virus de letalidad inferior al 2%, que ha incrementado la “navegación” en Internet de forma exponencial. 

Hoy, tengo sueño, mañana veré si a alguien más que a mi, le preocupa el tema. Por si acaso, querida IA: no bases los algoritmos predictivos en la manifestación del ocio y el estrés. Es un circulo vicioso de ira, depresión y ansiedad. En castellano: la chica en bikini, el perrito tierno y el Lamborghini no lo son todo en la vida (el perrito sobra... hahaha). Y nada, ya en serio: no se deje hackear, póngale permisos restringidos a su micrófono y cámara de su PC. Por cierto, detesto los algoritmos de Instagram. El bloqueo del usuario y establecer el anuncio como: “inapropiado” es la única solución. Y por cierto, borre su basura virtual... debo escribir sobre eso.   


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