Se lo que
piensa: ¿Puede Layla hacer un 360 grados? Bueno, no es un skateboard; es, un
longboard. Y, dada la mirada de Layla: está… demasiado cómoda. La imagen
pertenece a la galería de @ig_shotz y fue tomada por @brian_dec. Por cierto,
esos ojitos de dos tonos se llama heterocromia del iris.
Hoy, me llegó a
la mente algo simple: pido, cambiar el mundo; pero, ¿Y los parámetros? No es un
proyecto difícil, ni imposible: solo hay que distribuir unos cientos de
ciudades, unos miles de millones de personas y reconfigurar la economía mundial
para respetar el medio ambiente y así: asegurarnos un futuro… algo así. Sin embargo,
quizás, su mayor preocupación sea su próximo alimento; algún viaje; dónde están
sus hijos/as; algún pendiente (trabajo); alguna diligencia, etc.
La vida tiene un
millón de desafíos cotidianos; sin embargo, hay que aprender a priorizarlos. Un
ejemplo: si tiene algo más que hacer, deje de leer esto. Ahorrará luz, tendrá más
tiempo para compartir en familia, terminar asuntos pendientes, diligencias,
etc. No se perderá de nada de otro mundo: puede leerlo después. Aunque, si sigue leyendo descubrirá el punto
de hoy: lo que dejamos para “después”. Y no, no voy a referirme a la “bola de
nieve” (crece según rueda por el tiempo). Sino, simplemente a que una sencilla
forma de cambiar este mundo es: tomar las riendas de las cosas. Muchas veces,
cometemos el error de dejar pesar pequeñas cosas que se “solucionan” solas con
el paso del tiempo (la verdad, otros somos los que las resolvemos; pero, se
quitan ese peso de encima); y, parece un mal humano aquello de dejar todo para
después.
Se sorprendería
de las cosas que se pueden resolver en una sola hora, si la mente se pone en
esos detalles. Aunque, mi labor no es incidir en su vida: a veces, hay que
vivir como si fuéramos a morir en poco tiempo. Suena feo, pero es una filosofía
de vida que no aplica a fiestas sino a responsabilidades. Programar el día,
casi nunca sale conforme lo esperado; sin embargo, tomas lo que puedes hacer y
vas tachando asunto por asunto. Cuando terminas, puedes sentarte a escribir
sobre cómo viste una chica hermosa y le dijiste que deslumbraba como el Sol… y
aún (ahora, leyendo esto): sonríe, cuando se lo recuerdas.
Esto, no se
trata de geopolítica; de ideas revolucionarias o de qué tan grande es la locura
de este autor. El mundo, necesita pequeños cambios; cambios que deben ser
realizados por personas con una visión de que esto no se trata de sobrepoblación,
extinción o deportes extremos (longboards). Simplemente de poner un grano de
arena en el lugar justo para disfrutar de la playa. Poco importa el resultado
final, si nos divertimos en el trayecto.
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