La vida es, en
sí misma, un milagro. 86,400 oportunidades diarias, para ser exactos. Todos
tenemos la misma cantidad de tiempo, y debemos decidir cómo invertirlo. No
estamos solos en la vida, tenemos responsabilidades. Vivir, es eso: tomar decisiones
y aceptar las consecuencias. A veces, me dejo
llevar por mi forma de ser. Olvidando que en el mundo, hay diferentes tipos
de personas. Una profesora, me dijo una vez: “nadie puede saberlo todo”. Y es
cierto, todos tenemos debilidades y fortalezas. Así que, en la vida:
perfeccionas tus fortalezas y mejoras las debilidades.
"De buenas intenciones
está trillado el camino al infierno"; o sea, que aún pensando que hacemos un
bien, estamos ocasionando un mal. A veces, olvido esa frase. Nos educan para
ayudar al prójimo, para ser personas correctas y de bien. Pero, hay momentos en que te
preguntas: ¿Por qué pierdo el tiempo? Me explico: vivimos en un mundo donde
todos quieren todo rápido; a nadie le gusta leer y las personas se ofenden si
tienes un punto de vista distinto, o tu propia opinión sobre algo. La gente
cree que cuestionas las cosas por llevar la contraria, hacerte el gracioso o como forma de “sobresalir”;
cuando tu única finalidad es convertir algo bueno en algo inolvidable. ¿Acaso
no aspiramos a ser mejores cada día?
A veces, las personas
se sienten como un caballo de carrera (al cual maltratan diariamente, sin que
se de cuenta): un día, entras por casualidad al establo e intentas tocar su
frente para mostrarle algo más que dolor y velocidad… y el maldito: solo quiere
morderte y arrancarte la mano. Aquí, está nuestra diferencia (de algunos): seguiré intentando tocarle una y otra y otra vez; de ser necesario me
volveré mas fuerte y más rápido… haré que se canse, hasta demostrarle que se
puede confiar en las personas; que, no todos somos animales creadores de dolor y
sufrimiento (por diversión o beneficio). Lo cierto, es que no hay una forma de explicarle a una persona que debe ir despacio por la vida: debes
demostrarlo en el poco tiempo que tengas. Algo perderás y algo ganaras: es una ley natural. A veces, también olvido que las personas van tan rápido, que no saben lo
que se pierden por un poco de tiempo y humildad. Lo triste es que, a veces, yo
también me canso... y, me hago a un lado del camino.
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