Hoy viernes,
sería buen dar un paseo por las calles del centro de Padua (Padova), Italia. Si
lo hace, podrá encontrar este mural del artista Kenny Random, que ha sido
compartido por @map_of_italy, gracias a Federica (@fairyeyes_). Así es la vida,
compartir nuestras experiencias.
Me dirá que
siendo Italia, lo que es (a nivel de arte, historia y cultura) por qué he
elegido “The kiss” un mural de un artista “callejero”. La respuesta es simple… todo,
absolutamente todo, lo que representa Italia, se resume en una sola palabra:
pasión. Desde una pizza, pasando por la familia y los simples placeres de la
vida, hasta el pigmento de sus pinturas evoca ese ímpetu por lo propio. No es
la piedra, es la mano, la que contiene el arte.
Besar a la mujer
correcta, aún en el momento menos oportuno es: lo más cercano al surgimiento de
la Creación que usted estará en su vida (con o sin Big Bang). Esa “chispa”;
esa, necesidad de “equilibrio” (no de pertenencia o, de deseo) es la que
convierte al arte en lo que es: una manifestación del ímpetu humano. Sexo y
comida, son impulsos naturales; tocar a una mujer, es todo un arte. Enamorarla,
un desafío; conquistarla, una proeza; pero, amarla cada día y hacerla sentir
única (aún, con un simple toque de manos y algunas palabras): esa, será la mayor
conquista de su vida. Algo así como: Tocar su alma, sin tocar su cuerpo; tan
solo, imagínese lo que pasa… cuando la toca.
En un mundo de
“hombres”, la mujer es el origen, causa y fin de todas las manifestaciones del
arte. Quizás, sea difícil de comprender; pero, una mujer nos trae al mundo;
mientras, con el paso del tiempo: otra, se convierte en nuestro mundo. Y es, en
medio de esos dos puntos de la geometría existencial, dentro de los cuales una sola
mujer es capaz de alterar toda nuestra existencia. Así, nace el arte… como una
visión de cómo se siente la vida, o de cómo debería ser.
Ese mural,
encierra más contenido humano, que la esquina, la pared o la pintura que lo
delimita. Y ese, es nuestro punto de hoy: la “chispa”, que altera nuestro
mundo. Véalo así, cuando amas a alguien: el mundo desaparece; sigue ahí, pero,
distantemente perfecto e inalterable… como una piedra, que espera ser alterada
por un solo sentimiento (¿Pasión, amor, alegría, nostalgia?)... elija su
sentimiento y conviértalo en arte, esa es la esencia. La nobleza, no está en la
“perfección”, ni en el “detalle”; simplemente, en la manifestación real de lo
que sentimos y plasmamos en un momento dado. No importa la fama, la grandeza o
el tiempo… solo el sentimiento puro (sin dudas, ni ataduras) manifestado en
aquello que nos mueve (pasión). Por cierto, las flores sí importan (aunque ellas, digan lo contrario).
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