Esta imagen
tomada por Robert King (@king_roberto), representa muy bien la pesca con cormoranes (Phalacrocorax) que se usa en Guilin, China. Estas aves, son excelentes buceadoras y
cazadoras, por lo que las han adiestrado como aves pesqueras. El único trabajo
del pescador es: bloquearles el cuello con un hilo (para que no se traguen el
pescado) y sacárselos, una vez atrapados.
No piense que voy a escribir sobre abuso animal, necesidad de alimentar
a su familia (pescador), o de la importancia cultural de esta práctica. Solo me
interesa esa pose “artística” de las aves. ¿Sabe lo que es? Están secando sus
plumas. El tema es: habilidades. Si mira sus patas, parece un pato. ¿Ha visto
lo gracioso que se ve un pato al intentar zambullirse? (¿colita arriba???) las
aves acuáticas han evolucionado para hacer su plumaje impermeable (aceites
naturales excretados); sin embargo, el cormorán: no es así. Por el contrario,
al hacer contacto con el agua, se “enchumba” (mojado total, empapado). Pensará,
que es un error de la madre naturaleza. Pero no, esta “habilidad” de aumentar
su peso bajo el agua: le permite ir más profundo para buscar mejores presas…
hasta unos 10 metros ;
que, a escala de proporción, es muchísimo. Y no conozco otra familia de aves
acuáticas que haga lo mismo.
Se que se pregunta como un ave acuática puede cambiar el mundo: yo,
también… es broma. Cada uno de nosotros tiene una habilidad “natural”; y, no me
refiero a aptitudes heredadas; sino, a aquello que nos apasiona hacer. Parece
tonto; pero, para eso, están las materias de vocación y orientación que se dan
en las escuelas y universidades: para “guiarnos”. Hay personas que descubren su
vocación a diferentes etapas de su vida: diviértase mientras se redescubre a sí
mismo/a (ese, es el único consejo de hoy). Uno pensaría que un ave acuática que
no es impermeable sería: un animal inútil; sin embargo, bucea más profundo que
las demás. Así, pasa en la vida: puedes hablar; puedes escribir; puedes
calcular; puedes bailar o correr; puedes imaginar; puedes crear; puedes
“alterar” las cosas… con un simple pensamiento: y, esa, es tu habilidad. A veces,
surge de forma espontánea; a veces, hay que entrenarlas. Pero, al final, no se
trata de qué nos exige el mundo; sino, de qué podemos darle nosotros.
P.d. ¿Soy yo, o he visto a ese ancianito como en cinco películas “chinas”
de acción y aventura??? Bueno, con 1,400 millones de personas: debe haber muchas
personas parecidas. Me gustan las montañas de Guilin, son un recuerdo de que
solo somos visitantes de la naturaleza.
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