18 abr 2018

@customchoppers

Fuente: @customchoppers

Aquí debería haber una foto de una hermosa rubia (ajena; pero, igual de hermosa). Usted, Dios y yo: lo sabemos. Sin embargo, a pesar del esfuerzo, el destino solo nos dio solo unas 700 motos de @customchoppers para llevar un mensaje: no incomodes a una mujer, nunca. Pero, las reglas son las reglas.

Usted, se dirá que hay miles de fotos de motocicletas “personalizadas” en Instagram; que, no todo es “Harley-Davidson”; que, por qué la moto no tiene una mujer “adornándola”; que, este último comentario es sexista. El problema es, que cada persona tiene una “visión” diferente de un mismo objeto o situación; y el desafío, muchas veces no está más allá de ponernos de acuerdo en lo que encontramos (y no en lo que buscamos)… vio las 4 torres de luces???

Siendo objetivo, si Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti) hubiera tenido un soplete de oxiacetileno y una rubia, le aseguro que hubiera construido una obra de arte así, como la de la foto; aunque, se partiera la madre en esos caminos pedregosos, estrechos y llenos de arena de Italia; y aún, terminara como el perrito de “Loco por Mary” (enyesado entero, y solo pudiendo mover la lengua): sí, estaría sonriendo; al igual, que usted. Pero esto, no se trata de rubias o de motos, se trata de simple distracción:

¿Recuerda las 4 torres de luz de la foto? Su cerebro vio una moto en el “campo”, pasto y árboles; vio un neumático ancho (y sucio), doble escape, piezas personalizadas, un portaplacas y unos espejos “invertidos” que se ven fantásticos. Las torres, están a la izquierda, en el horizonte. Supongamos que usa lentes: no importa, son solo un detalle “lejano” dentro de una imagen principal. El punto, es simple: a veces, nos perdemos tanto en las cosas que tenemos cerca, que olvidamos ver al horizonte. Y eso, aplica para cualquier cosa de la vida. ¿Voy a cambiar la rubia por otra, porque el destino así lo quiso? Nop, no es el color de pelo, la belleza, las dificultades o la persistencia la que dan la solución a ese problema de “visión”; es, sencillamente detenernos a ver la imagen en su conjunto.

Si aplicamos el subjetivismo de un momento dado, a la vida en su conjunto: siempre obtendremos un resultado parcial de las cosas. Mire la moto: hay quienes solo quisieran tenerla; mujeres que ni muertas se montarían; padres preocupados; mecánicos orgullosos, y un sin fin de “visiones” de algo que es único; pero que representa toda una gama de respuestas. Así deberíamos ver todas las cosas de la vida: no como objetos “inmóviles” (imágenes), como resultados lineales (acción-reacción) o como algo “estático” (si tropiezas, ya perdiste). Por el contrario, la verdadera visión de las cosas viene de los tropiezos (que nos hacen “despertar”), de las posibilidades alternas (entre a-b. hay a1.a2,a3, etc.); y en esencia, el Universo no se detiene ni una fracción de segundo ¿Por qué? Porque la vida en sí misma, no es cuantificable. Solo cuantificamos el tiempo de reacción de un suceso… y, volvemos a intentarlo. No se trata de darle 4 dimensiones a una imagen plana (perspectiva); se trata, de darle la visión más completa de las cosas al cerebro, para que pueda tomar la mejor decisión. El resultado, muchas veces, importa menos que la pregunta. 

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